Melodía nocturna –Libre-

Su mirada inerte se encontraba posada sobre aquella hermosa luna mientras los pétalos de las edelweiss volaban a su alrededor y la nieve caía en un hermoso espectáculo nocturno, donde lo único que se podía oír era el sonido de los animales y el murmullo del viento, el cual jugaba con su cabello al moverlo de un lado a otro

Sus labios se movían de forma lenta aun cuando ninguna palabra salía de ellos, cantando alguna silenciosa melodía de tristeza como el reflejo de sus ojos ámbar, pero lo curioso de aquel escenario era que aquel vampiro en medio de la nieve solo se distinguía por sus oscuras ropas, ya que su piel junto con las flores y la nieve parecían ser uno

-…Adrik, esta noche también está llorando mi putrefacto corazón…- susurro de forma suave, dejando que el viento se llevara sus palabras mientras aquel cuervo surcaba por los aires

¿Otro visitante? ¿Qué era lo que les estaba pasando a los vampiros ultimamente? No tenían pudor en tocar tierra agena, sabiendo muy bien que no eran bienvenidos. Su lugar estaba cerca de la ciudad, donde eran capaces de cazar a sus presas y vivir dependientes de aquel líquido rojo.

Ésta vez tenpia forma humana, por lo que me limité a advertirle con palabras.- No perteneces a este lugar -Le dije apareciendo a sus espaldas, con la mirada mas tranquila que podía.

Su semblante no mostraba sorpresa, tampoco dejaba de ver a la hermosa doncella de plata en el cielo , el aroma de aquel licántropo lo había delatado desde un principio, pero el no estaba en ese lugar para pelear, no le interesaba aquel acto de trogloditas

Simplemente se volteo de forma lenta para observarlo con aquella mirada neutral y algo triste, las palabras del licántropo eran falsas para él o simplemente tenía una forma muy distinta de pensar al respecto, no iba a pronunciar palabra alguna para aquel lobo, pero tampoco se iba a ir de aquel lugar solo ante aquellas palabras sin justificación

Extendió su mano, esperando a que su compañero se posara sobre ella y asi acariciarle la cabeza un poco, ignorando la presencia del licántropo

-…Adrik, los seres en este lugar también están cegados…- sus labios apenas y se movían mientras dejaba que sus palabras mas como murmullos se las llevara el viento, estaba decepcionado de que los licántropos creyeran que aquel bosque les pertenecía solo a ellos

Me le quedé mirando un rato. Parecía ido, drogado con algo, no lo sé. Alcé una ceja tras ver su comportamiento, debería estar acostumbrado a esa excentricidad que tenían los vampiros, que a veces lo emanaban por los poros. Tal vez eso era el particular aroma que nosotros podíamos sentir a diferencia de los humanos.

-Sí, sí, cegado... lo que quieras. Sólo vete. -Habíamos sido exiliados a vivir con el resto de los pobladores, confinados a los bosques mas reconditos. Y aunque eso no nos había molestado, por derecho, esta era nuestra tierra. La cual debíamos proteger, era nuestro hogar y quienes no eran invitados, no serían bienvenidos.

Aquel cuervo voló de forma violenta, dejando caer algunas plumas las cuales no tocaron la nieve al ser llevadas por el viendo de forma fuerte y lejos de ahí, su mirada se encontraba posada sobre la del licántropo, aquellos seres los cuales no consideraba muy diferente a lo que ellos eran, pero siempre había habido algo que los rosaba a no convivir juntos

-…No me iré,.. No vine con intenciones de una pelea…Ustedes de buen instinto lo debieron notar… - Susurros tan suaves que solo aquellos que tenían buen oído podían oír y entender, solía tener suerte de no toparse con aquellos lobos, pero la suerte nunca duraba mucho

Su mirada volvió a subir a la doncella de plata, siempre una buena acompañante aun en esas noches

-Haz profanado un lugar importante sólo con tu existencia. ¿No se han dejado las cosas claras entre nosotros, vampiro? -Intentaba mantener la calma, pues no tenía intenciones de herir a nadie, sería realmente estúpido, la noche anterior había salido gravemente herido trás una pelea en las afueras de la ciudad. Mi mano no lograba moverse del todo bien, un movimiento mal hecho resultaría el sangrado de ella, y eso podría terminar en un ataque del pelinegro.

- Te lo repito de nuevo. Vete de aquí. -Le dije en forma sería.

Bajo su mirada ámbar para posarla sobre el licántropo, observándolo de forma fija sin mostrar ningún sentimiento

-…Lo siento…- susurros vacios eran los únicos que salían de sus labios, pero no retrocedió para irse de aquel lugar, en vez de hacer aquellos movimientos avanzo un paso hacia el, dejando sonar las cadenas que rodeaban su cuello, estirando su brazo con lentitud hacia el licántropo, quería tocar aquella piel pálida como la nieve, aquel lobo era cálido, lo presentía solo con su dulce aroma, pero solo acariciaba el aire

-…Solo… déjame quedarme… esta noche…-

Su mano se movió lentamente, pero avanzaba. Retrocedí un paso y lo tomé de la muñeca antes de que lograra tocar mi rostro. Era frío como el hielo, como un cadaver. ¿Sentirán ellos el frío? Digo...son capaces de sentir el calor en otros cuerpos, en la sangre misma que beben. Entonces son capaces de sentir el frío...debe ser triste tener calor en tu cuerpo solo por alguien, cuando aquel calor se va no puedes reponerlo ni con abrazo propio.

-...Tendrás mi vigilancia- Acoté, era mi condición. Me sentí demasiado blando, pero esos ojos perdidos solo parecían tener razón de ser cuando observaban el lugar.

Calidez, aquella era la sensación que sentía ante el agarre del licántropo sobre su muñeca, una sensación extraña y agradable, no sabía que se sentía estar vivo, pero si poseían aquella calidez lo más seguro es que sería dulce el poder sentir aquellas sensaciones, reír, correr hasta agotarse, sentir completamente los cambios de temperatura, una herida punzante, el ser amado por otra persona, cosas extrañas y hermosas para los vivos

-…Gracias…- sus labios se movieron en una pequeña y tenue sonrisa, una sonrisa que no era casi distinguible a los ojos de los demás, pero estaba agradecido al poder quedarse en aquel lugar sin haber discutido y mucho menos haber peleado contra aquel licántropo, pero su atención había cambiado, ya no era la doncella de plata la que cautivaba su atención, si no aquel licántropo que seguía sujetando su muñeca

-…Disculpa…- su voz se combino con la suave ráfaga de viento que soplaba en aquel lugar mientras movía un poco su brazo para que le soltara la muñeca

Solté su mano, y caminé unos cuantos pasos para sentarme más allá, no sabía como reaccionar ante su agradecimiento y aquella casi indetectable sonrisa, además no había entendido del todo sus disculpas. Me asenté a una distancia suficiente para que el aroma del vampiro no superara mi cordura y terminaramos en una pelea, en la que estaba en desventaja, y relativamente cerca para lograr leer sus veloces movimientos por si intentaba algo.

Me quedé observando el panorama con una mirada un tanto perdida. Amaba ese lugar, por un momento olvidé la existencia de mi acompañante.

Llevo de forma lenta su brazo cerca de su rostro, observando su muñeca con algo de curiosidad, no tenia marca alguna de aquel agarre y la sensación de calidez se esfumaba de forma rápida ante la ráfaga de viento que traía nuevamente aquellos copos de nieve

Fue entonces cuando se dio cuenta que aquel licántropo se había alejado para sentarse no muy lejos de donde estaba, aquellas hebras de cabellos plateados eran como la de su amada doncella de plata sobre el cielo, y aquellos ojos perdidos tenían un bonito brillo a su parecer, así que se acerco para inclinarse frente a él y seguir observándolo con sus ámbares ojos, tomando de forma lenta una edelweiss y ponerla sobre aquel cabello plateado sin permiso alguno

-… Von Friedhof… Märchen…- extendió su mano de forma lenta hacia el

-¿Q-qué...?-me voltié enseguida cuando sentí que se acercaba de a poco. Su existencia era como el viento, a penas perceptible, pero sin dejar de sentirse. Con movimientos tan sutiles y suaves. Le miré extrañado siguiendo su mano con cuidado. ¿Qué hacía?.

-...Eh...?....ah...tu nombre...-dedujé una vez observando lo que tenía en la cabeza, lo miré extrañado intentando comprender. ¿Un saludo? Supongo...No sería un descortés. Odiaba haber aprendido aquella cortesía. -Puedes llamarme Beleriand -me presenté

Espero de forma paciente sin dejar de ver aquellos graciosos movimientos del licántropo, era tan curiosa aquella criatura al igual de hermosa, admiraba su piel aterciopelada con un suave color melocotón, pero aquellos grandes ojos era lo más resaltante en el licántropo de admirar

-…Beleriand… -Susurro de forma lenta mientras una pequeña mueca de felicidad adornaba su rostro por escasos segundos -…Grandes tierras del Balar… nombre elfico… es muy bonito…- Susurro de forma un poco mas audible aun cuando sus labios seguían moviéndose de forma lenta

Aun si no podía demostrarlo a través de sus ojos o facciones, esperaba que sus movimientos pudieran decir un poco más al sentarse frente a el, quería saber un poco más sobre aquel licántropo ya que no le parecía una mala persona

Me sentí bastante interesado en sus palabras. No tenía idea. Sólo era el lugar donde había nacido, un nombre que adoptaba solo para no levantar sospechas o ser mirado de forma extraña por los humanos y demases. Jamás había reparado en saber sobre su naturaleza.

-A-ah...si?- Pregunté cuiroso y algo avergonzado por mostrarme como un ignorante frente aquella criatura. Intentaba no mirarle, más no podía evitarlo, estaba interesado por saber mas de sus conocimientos. Intenté alejarme levemente moviendo mi tronco hacia atrás, sin distanciarme realmente pues seguía sentado en el mismo lugar.

Con suaves movimientos asintió de forma lenta a su pregunta mientras acercaba de forma lenta su rostro a la del hermoso lobo de grandes ojos, juntando su frente con la ajena en un gesto de curiosidad, era como si quisiera ver a través de aquellos ojos llenos de vida, pero en aquel gesto podía sentir también la calidez del lycan al reposar casi su cuerpo con en de él.

-…idiomas…paisajes…vestimentas… personas…. Los puedo recordar como….si fueran sueños, son mis…. Recuerdos más preciados…- lentamente cerro ojos ámbar, su voz, siempre parecía que le faltaba aire, palabras entrecortadas, suaves como la brisa, y casi siempre inaudibles, en ese momento todo eso detonaba algo de felicidad.

Me sentí perdido en sus ojos, y en su voz la cual me impidió moverme. Sentía como me rodeaba, y me abrazaba. Aquello sólo duró hasta que su voz se apagó notando la corta/nula distancia que nos separaba. Abrí los ojos de golpe y lo alejé tomandolo de los hombros, con un movimiento algo brusco. No demasiado...aquel tipo me parecía que se rompería en cualquier minuto, su cuerpo se veía tan delicado como el papel.

-...No te acerques tanto...-le pedí en un susurro.

Sus facciones no demostraron disgusto o sorpresa alguna, se había dejado llevar por una emoción extraña para él, se había sentido… feliz… por un momento al ser alguien… interesante para alguien más que para Faltreon y sus antiguos amigos caídos

-…perdón… no quise… incomodarte…- con movimientos lentos se sentó frente al hombre lobo, no quería ser una molestia para nadie, su vida era solitaria al no tener con quien hablar, la soledad era… una compañera tan fiel como la doncella de plata, siempre estaban presentes cuando abría los ojos

-… Beleriand… eres… ¿el líder de los lycans?...- Bajo el rostro de forma lenta, lo estaba haciendo de nuevo -…perdón… no quiero… incomodar de nuevo….-

Tsk...Sólo...me cuesta controlarme con los vampiros...-miré a otro lugar, rascandome la nuca. Ni el ni yo esperabamos tener que pelear. Después de todo yo estaba herido...no era favorable para mí. Me acomodé nuevamente, ni muy lejos, ni muy cerca de él.

Uhm...? No...-dije en un suspiro- Es más, creo que no les agrado del todo. Hahaha...-reí de forma algo incócomoda, no por la pregunta. Sino por la situación que vivía con los míos. Cuidando los bosques desde la sombras, y viviendo solo por el rechazo de los demás. Había sido capturado por mucho tiempo, no sería digno de su confianza nuevamente hasta traer la cabeza de alguien conmigo.