Perdido [Libre]

Ya era muy noche, donde en cualquier momento soldados de cross-fire estarían en segundos alrededores de la ciudad; tenía intención de volver a ver aquel hombre que fue tan amable conmigo aunque sea mi enemigo. Pero aun sin poder volver a verle seguí esperándolo. Sin embargo por miedo a encontrarme a uno de ellos, llegue a dar a otro lado, donde niños, mujeres y hombres son intimados por otros. No entendía bien lo que hacían, un lugar donde podía oler alcohol y cigarro.

Un despreciable olor empezó a invadirme y el miedo se podía ver a la vista. Todo mi cuerpo tembloroso, solo viendo miradas acosadoras hacia mi. "¿Donde esta la salida?" solo podía pensar en eso. Entonces pude ver a un hombre bien parecido, tal vez podía pedir ayuda aquel hombre, no olía tanto alcohol ni a cigarro, sin embargo tenia un olor conocible.

Solo me acerca y timidamente pude decir - D-disculpe s-señor, ¿Puedo hacerle una pregunta? - Fue lo único que se me vino a la cabeza, pero más que nada tenia que mostrarme como un desconocido.

Una vez más había huido a aquellos lugares aunque "huir" no era el termino correcto que el pelirojo debía usar para llamar a su costumbre de visitar aquel lugar tan burdo pero interesante, interesante para observar a los humanos, interesantes para interactuar con ellos de una forma en la que claramente no acostumbraban pues no buscaba en los burdeles por el mero sexo, sino alimentarse de una forma moderada y exquisita, sumergiendo a su victima en una hipnosis tan placentera como cualquiera de sus habituales actividades.

Había estado observando a una muchacha de cabellos negros, la que parecía no atraer muchos clientes, sin embargo el consideraba que aún era demasiado pronto para interactuar, estaba en eso cuando de pronto sintió que alguien a su lado le hablaba. Alguien de quien no se había percatado y eso le sorprendió un poco.

-Por supuesto mi joven señor, si es que hay algo en lo que pueda ayudarle me gustaría poder hacerlo. - Respondió y sonrió con su habitual formalidad y sonrisa misteriosa.

Todo va bien, simplemente no di sospecha alguna, sin cruzar alguna mirada alguna, estaba bien para mi. Podía hablar más directo sin titubear. Sentí un presentimiento en que puedo fiarme de él. Respondí algo más calmado - ¡ Muchísimas Gracias !, ¿Sabe donde esta la salida de este lugar? - Conteste como un niño perdido, realmente perdido. Como si no supiera en que tipo de lugar había caído.

Seguro pensaría que un chico como yo esta aquí por perderse solo, sería muy tonto para creerse eso. Pero seria el tonto, por que caí en aquel lugar por mi propia cuenta sin saber que clase de barrio era. - No quiero molestarle mucho señor - Sonreí amablemente, ante aquel joven; no puedo decir que no deba ser malo con la gente que conozco, aunque ni lo conozca pero debo actuar como un niño humano para ellos. Era mi trabajo después de todo.

-Mh? No recuerdas como has llegado, mi joven señor?- Con un gesto suave le tomó la barbilla y le miró a los ojos, luego le regaló una sutil sonrisa pero acompañada de una mirada intensa. Esa no era la presencia de un humano, sino de un igual a él, eso podía saberlo por intuición si quería llamarsele, pero también podía presionar un poco las cosas.

-Parece que no es de por aquí mi pequeño caballero, claramente no me molesta, al contrario, pensé que esta noche no tendría algún encuentro interesante, y no me refiero al del tipo que llevan acabo aquí los seres humanos. - Soltó una risilla suave y lugo se quitó el sombrero de copa y estiró la mano hacia el rubio.

-Soy Lesther, Lesther Davant. Mis manos son tan frías como las suyas y me complace esta sutil coincidencia, si es que eso es. Si gusta puedo acompañarlo a la "salida". -Se puso el sombrero nuevamente tras estrecharle la mano casi sin esperar que fuera su voluntad. Esperaba que el chico entendiera su alución a las manos y esperaba también que aquel encuentro fuera uno pacífico y no alguna trampa de el muchacho o de alguien más que lo estuviera usando, por eso es que pese a que se mostraba amable no dejaba de estar alerta a su alrededor.

En instantes pude sentir sus manos frías, entonces realmente era como "yo" o sera por el frió de la noche en la que hay. Realmente no podía sentir el calor o el frió que se presenta, pero en verdad no pude sentir alguna calides en aquel gesto que hizo. Pude mirarlo fijamente, sin temor o algún miedo ante aquel hombre; a mi parecer era un hombre muy decente, tal vez era de alguien noble.

No dije nada rapidamente; he hizo un gesto muy decente para mi; no evite no responder aquel gesto tan amable; Hice una reverencia ante él, - A-ah... G-gracias... - No sabia como responder ante esas pequeñas palabras. Volví a ponerme a una postura recta, y mire su mano como si fuera un saludo cordial ante todo. No rechase aquel gesto y lo sujete de la mano y le di el "saludo" si podía decirse así.

Me sorprendí un poco al saber que se dio cuenta de lo que realmente era, y decirme directamente que es como yo, lo importante decirme su nombre, pero no me parecía conocido que sepa o que me haya topado con un rostro así. -A-ah... ¿S-sabe... l-lo que soy s-señor? - Sabia que me había dicho su nombre pero me sentía muy nervioso como para hablarle por su nombre. - Y-yo... ke-keiht... Un... p-placer... - Tan rápido fue lo que sucedió que los nervios invadieron mi cabeza y la boca no salia otra cosa más que preguntas.

-Tranquilo, sí, se lo que es usted y es como yo. Es extraño que los de nuestra especie se pierdan con facilidad, pero no tiene que ponerse nervioso, menos en estas horas de la noche, después de todo es nuestro horario. - Le explicó con calma el pelirojo, depositando una mano en el hombro del joven en un intento por calmarlo, los nervios entre ellos estaban demás.

-Intente actuar natural, incluso en estos lugares a veces hay soldados de Cross-Fire, ultimamente están un poco más... agresivos. - Deslizó la mano por sus hombros y le obligó a comenzar a caminar a su lado con un paso rítmico pero bastante tranquilo.

-Asi que su nombre es Keith... Me agrada y será fácil de recordar. ¿Cuantos años, decadas o siglos tiene mi joven señor? -No iba a negar que el mas alto sentía cierta curiosidad por su compañero, era un muchacho más joven que él y eso le intrigaba un poco. Más aún el hecho de que no supiera ocupar bien sus... ventajas naturales (pues no le gusta llamarlo "poderes") o bien porque los intentaba ocultar.

- ¿Realmente nunca había estado por estos lugares?-

Aquel hombre me ponía muy nervioso, pero tuve que contenerme, realmente era mi primera vez volver a encontrar a uno como yo, no debería ponerme de esta manera; empezaba a ponerme un poco más tranquilo llevándome la idea de que debería hablar más amplio con él. -P-pues... y-yo - No pude terminar, quería responder un poco, sin embargo paso aun lado de mí, al parecer iba ayudarme. Pensé que "él va a lo que va".

Lo seguí poniéndome a un lado de él, e hizo una pregunta muy interesante, pero ¿ Debería responder le directo a alguien que acabo de conocer?, se que es igual a mí, pero decirlo así por así tal vez pueda traer problemas, pero tampoco quería mentirle siendo tan amable. - T-tengo 18 años... s-señor... - dije afirmándolo, pues vagando por todo el tiempo realmente no contaba los años de muerto que ya estaba. Lo miré y volvió a preguntar algo que realmente sabía que en algún momento preguntaría.

- N-no señor... nunca en sitios así, y-yo por temor a toparme con un soldado solo me apresure sin pensar y caí en estos lugares de la ciudad... U-un lugar que nunca había pasado... - respondí en segundos. Mire a mis alrededores y si en efecto el lugar era verdaderamente peligroso. Pero recordé algo que no era mucho, tambien sabia de las cross-fire y no dude en preguntar - S-señor l-lesther... sama... ¿U-usted sabe algo de la c-cross-fire...? E-es cu-curiosidad... L-lamento si esto molesta! - la boca me temblaba y las manos también que termine jugando con ellas sin saberlo. Pero quería saber mas sobre aquel lugar de lo poco que tengo solo quería olvidarme de esos enemigos, pero conociendo aquel hombre quiero saber más a lo que se dedica o darme una idea.

-Mhh, ya veo... - Le dijo a su respuesta en relación a la edad, sin dudas era tan solo su edad humana. Caminaron juntos dejando más atrás la zona roja y el ruido ambiental de la actividad nocturna que ahí se llevaba a cabo.

- Tranquilo, no se ponga tan nervioso, de por si no soy alguien que se meta en problemas, pero admito que me da una enorme curiosidad el encontrarme con otros seres no humanos. No me molesta, puede preguntarme lo que desee e intentaré responder.- Le dio una suave caricia en la cabeza y otra sonrisa.

-Ven, vamos a hablar en algún lugar más privado.- Ya en el límite del barrio rojo y las tabernas entramos a un bar. Nos acomodamos en unas sillas en un rincón donde llegaba poca luz.- Es peligroso hablar en la calle, espero no le moleste el hecho de haberlo traído aquí sin preguntar.- Se disculpó cordialmente.

-Los soldados... Cross-fire en general, son una entidad que busca "proteger a los humanos" sin embargo no respetan su propia ética ni moral. Es... Un poco complejo de explicar. Por decadas habíamos aprendido a cohexistir, sin embargo como siempre hay grupos de seres que les encanta causar problemas, ellos se han vuelto muy intolerantes... Y han comenzado a cazarnos, aunque principalmente a aquellos que causan más problemas. ¿Porque le causa curiosidad algo tan problemático?-

Este hombre es realmente muy buena persona por así decirlo, aunque no sabia que lo que decía era de verdad, pero aun así siendo tan amable conmigo no creo que tenga algo en que mentirme. - ¡ah! G-gracias! - Al responderme eso, realmente me alivie, e intentare preguntar lo más esencial, no podía pasar esta oportunidad.

Nos alejábamos más de aquel lugar, pero ahora entrabamos a un bar, el lugar era algo calmado y donde nos habíamos colocado era algo cómodo, pero era algo más amplio para platicar... o eso creo. -A-ah no se preocupe señor... le-lesther-sama - respondí como si el lugar me fuera familiar.

Escuche cada palabra que salia de la boca de aquel hombre, pero no todos eran así eso pensé cuando conocí a gabriel, no era como lo que me describía mucho lesther, pero sin embargo eso explicaba mucho su caso. Humanos sin piedad atacan sin saber solo con la excusa de por ser vampiro somos peligrosos. Juzgan sin saber. Agache la mirada un poco y realce mi mirada algo perturbado por su pregunta, no podía decirle la verdad a él... -E-eh... E-es... p-por... n-no es t-tan im-importante... - consteste sin saber poner bien claras mis ideas. - Uhm... ¿Los q-que... son superiores a los soldados... sabe... a que se dedican...? - Volví a preguntar intentando pensar a que no eran tan crueles.

-No tengo un particular rencor contra ellos a decir verdad, no podría decirle que todos y cada unos son malos, pero de mis experiencias o de la de mis conocidos... es muy poco lo bueno y rescatable que hemos visto. Lo mejor es que no se meten con nosotros mientras no causemos problemas.- Respondió dandose una pausa para analizar su reacción, evidentemente ocultaba algo, pero si a penas se conocían no podía indagar en su mente con sus habilidades, sería una falta de respeto por lo que le permitiría ocultar sus secretos. De paso le daría tiempo para entrar un poco en condianza.

-Mh... los superiores, de lo que sé hay distintas "especialidades" por así decir, hay estrategas, torturadores, cazadores especializados, incluso hay criaturas como nosotros dentro de sus tropas, como una división especial.- Recordó entonces la situación del joven Gautlier y como pese al trato que recibía él se resignaba a servir a Cross-Fire- De ellos estudian nuestras debilidades, experimentan con ellos y sé que ese tipo de actividades son restringidas a los cargos más altos. De ellos, supongo que el peor, es el líder, Crivello. Sin embargo me da más escalofrios pensar que una entidad como el "santo papa" puede permitir situaciones como esta.- suspiró pesadamente, no solía hablar mal de las personas pero la ultima experiencia con aquella instituciónhabía sido, como poco, espeluznante.

-Mi joven señor, intente evitar a toda costa pisar aquel territorio. Quizás es inevitable toparnos con soldados, pero no podemos dejarnos llevar y bajar la guardia.- Fue su ultimo comentairo al respecto y luego retomó su sonrisa y cambió el tema tan solo momentaneamente.

- ¿Ha ya saciado su sed esta noche?-

No sabia como ahora portarme, tenerle miedo a gabriel o a la cross-fire, en segundos pude confundirme, pero aquella alerta me hizo retroceder un poco más del lugar, - Muchas gracias por la advertencia, t-también por responder estas preguntas incomodas... - me disculpe como si hubiera sido regañado, bajando la mirada.

Con esto ¿Ahora que haré?, di un suspiro y con su pregunta me puse nervioso, pues no había ido por mi presa aun por estar esperando de nuevo a esa persona. Respecto a la pregunta en segundos respondí negando con la cabeza, -N-no ... A-aun así yo aun tengo reservas... - Bueno yo no tomaba de los humanos exactamente, no tenía intención de beber su sangre, no quería "lastimar" por así decirlo.

- ¡Oh! M-me disculpo si... y-yo arruine su presa... - Claro pues fui yo quien le he estado pidiendo demasiado, respuestas y la salida. No podía ser todo gratis después de todo debo pagar sus servicios - D-déjeme recompensarlo, con lo que usted desee - Claro si no necesitaba nada, aun así si en algún momento nos viéramos, y necesitara mi ayuda lo haría.

-No se preocupe mi joven señor, solo preguntaba por que su mirada parece perturbada, mas no es al parecer por la falta de alimento, tampoco preguntaré más de lo debido, y ya le he dicho, no ha sido una molestia. -Le sonrió suavemente, y alzó una mano hasta el rostro del rubio, delineando sus facciones con sus frios dedos.

-No se preocupe, no es necesario que se ofrezca de tal manera, me hace recordar un poco a el barrio que acabamos de abandonar. -Se rió suavemente, pero sin querer burlarse.

Lentamente se puso de pie y pasando por sobre la mesa depositó un fugaz y sutil beso sobre la frente de aquel muchacho.

-Amo poder conocer otros seres como yo, con eso me doy por pagado con usted. Si lo desea o me necesita no dude en buscarme, podrá dar conmigo en la plaza o con un simple llamado, si es que sabe usted ocupar un poco de sus facultades mentales como vampiro. - Me retiré suavemente de encima y lo invité a ponerse de pie.

-Si sus dudas han sido resueltas entonces permítame llevarlo hasta el centro de la ciudad, ahí no podrá perderse.-

¿Era tan obvio con mis expresiones? no puedo verme realmente que caras pongo para verse tan mal, vaya soy totalmente un desastre. Pero mientras que a lesther no le molestara vamos bien, he hizo un comentario que en segundos me apene -N-no...! ¡Y-yo... n-no quiero... d-dar esa... im-impresión ante usted lesther-sama! ¡L-lo siento!- me perturbe un poco, pues no quería referirme a una oferta mala ni sospechosa.

Alguien como él, están elegante... hasta en la forma de hablar, me levante y di gracias con una sonrisa, - Cuando usted desee estoy para ayudarlo - agregue ofreciendo mis servicios sin ser maliciosos. Y con su ofrecimiento acepte a que me llevara, estaba aun más aliviado a que puedo estar bien con él y regresar a mi "casa" si puedo llamarlo así.

Saliendo del lugar, no pude evitar hacer otra pregunta que llego inesperadamente... -Una ultima cosa, si es que no le molesta...- Dije agregando caminando a su lado - ¿Solo hay una entrada de la cross-fire? - Claro que tendría que ver otra entrada, siendo tan superiores y buenos con todo y ser estratégicos, deben tenerlo. Pero claramente la pregunta era "¿Donde?".

Una vez fuera del lugar y de vuelta en la calle el pelirojo detuvo sus pasos y se volteó para mirarlo tras su pregunta.

-Si le contestara eso creo que estaría fomentando su curiosidad, y posiblemente pueda usted meterse en problemas, sin embargo, creo que... tiene algo importante que hacer relacionados a esa institución. -Se volvió a voltear y siguió caminando rumbo al centro de la ciudad.

-Existen muchisimas entradas, es lógico que las hayan pero es tan dificil de ocuparlas como la entrada principal. Hay conexiones desde el hospital, también desde la prisión, son pasadizos bajo tierra que llegan a la plaza de san pedro, pero ninguno llega dentro de algún edificio del vaticano. Mucho menos al cuartel de Cross-fire. - Suspiró y frunció un poco el ceño, intentando hacer memoria de la manera más "fácil" de entrar.

-Supongo que hay dos maneras, la entrada principal baja su guardia justo antes del anochecer, aún con la luz de la tarde presente, es arriesgado, no, mas bien es casi suicida si no se tiene la fuerza y la experiencia necesaria para enfrentar la mínima cantidad de luz solar. No se lo recomiendo pues facilmente podría quedar reducido a cenizas, por otra parte puede intentar escabullirse por las catacumbas. Es sin dudas el lugar con menos vigilancia, pero por supuesto ninguna opción es 100% segura. Tenga cuidado y por supuesto, tenga un plan para hacer lo que sea que deba hacer. - Caminaron por unos 15 o 20 minutos hasta salir de lleno de la zona roja y los bares apestados de ebrios. Estaban en el centro, de hecho en la plaza central.

-Bien, creo que es hora de despedirme- anunció el pelirojo.

¿Importante?... Realmente era pura curiosidad, pero no era nada más que curiosear el lugar, ¿eso era? ... Vaya pregunta ahora me estoy cuestionando. Escuchando bien lo que me decía lesther, no dude ni en un segundo en pasar por aquel lugar, simplemente debo planear bien aquella entrada. - Muchas gracias, señor lesther-sama... lo haré... - agradecí amablemente haciendo una leve reverencia ante él.

Aunque fuera solo esa noche que lo conocí solo esperaba en que lo volviera a encontrar de nuevo, - Gracias por traerme lesther-sama... Se lo agradezco mucho - sonreí amigablemente, e hice otra reverencia - Que tenga una buena noche - Agregue para poder despedirme de él.

Agradecí nuevamente y me retire.

-Suerte mi joven señor. Si tiene algún problema no dude en acudir a mi. - Fueron sus palabras de despedida para luego optar por retirarse de lugar. Eventualmente la noche estaba más conflictiva que de costumbre y se veían soldados por todas partes. Lo más seguro para cualquiera sería volver a su propio territorio.

Estaba satisfecho con haber conocido a aquel jovencito esa noche, esperaba tener otra oportunidad, pero también esperaba poder controlar su gusto por... desviar un poco sus relaciones en otro sentido mas... intimo. Ahora, por respeto al albino no podía aunque al momento de alimentarse de algún humano se le hacía realmente dificil.

Eso le recordó que no había cenado pues entonces, antes de regresar a casa decidió ir por la victima de la noche.

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