Paseo [Libre]

Una noche más en la que el pelirojo buscaba matar el tiempo. Cansado de esperar, cansado de tener la ilusión de que pronto por esos callejones se encontraría con su maestro. Pero el tiempo había corrido de prisa y aquello cada vez parecía más un deseo imposible.

Caminó cabizbajo, como no acostumbraba a hacer, hoy no tenía humor para un espectáculo callejero, solo quería dar rápido con su cena y, si la suerte le acompañaba, lograr tener una buena compañía para esa jornada.

Una vez se cansó de caminar simplemente se apoyó en la pared, observando a la gente pasar. Eran recién las ocho de la noche, el flujo de hombres y mujeres, de vampiros y lobos encubiertos que veía era siempre agradable a la vista, mas no muchos lograban llamar su atención, hasta que de pronto su mirada se posó en una persona…

Era otra de esas noches que buscaba que hacer, donde estar, no habia encontrado un lugar en el cual perteneciera, no desde que su estancia en la santisima cede e incluso en la cuidad se habian vuelto inciertas. Cuando el sol se ocultaba, nadie mas necesitaba de sus servicios, por desgracia para el, la unica opcion a tomar era caminar y buscar, tratando de no causar alboroto o problema alguno, por mas dificil que le resultase debido a su naturaleza torpe e ingenua.
Caminaba, tratando de perderse entre la gente, tratando de ser uno mas del monton y pasar desapercibido, pero algo capto su atencion, un sujeto especialmente extranio recargado en la pared. Se detuvo por un momento viendole desde el otro lado de la calle, era poco comun para el no sentir miedo ante algun desconocido, quizas eso significaba algo y para su suerte, algo bueno.

Aquel chico rebosaba de un aire inocente o al menos eso pensó el pelirojo cuando le vio y las miradas de ambos se cruzaron sin llegar a ser onflictivas, por el contrario, era curiosidad pura. Con un sutil gesto inclinó la cabeza tan solo un poco, tomando el sombrero de copa que siempre adornaba sus rojos cabellos lo suficiente a penas para dar a entender que aquel gesto era un saludo, uno correcto y formal como a él le gustaba ya que vampiro o no, vivo o muerto el seguía siendo un caballero, tal como su maestro le había educado.

El vampiro tenía un pequeño presentimiento, aun ilegible, pero sabía sin dudas que aquel chico no era un humano, no era como thomas, y dificilmente era un licántropo aunque claro, jamás descartaría la posibilidad de una sorpresa. Si su instinto lo le fallaba aquel muchacho no era algo muy diferente de lo que el pelirojo era.

Un Vampiro.

Tras haber cruzado miradas y ver el gesto del pelirrojo, quiso responder de la misma educada manera en que aquel extranio le habia saludado, asi que hizo una pequenia reverencia a manera de saludo.
Habia algo en ese sujeto que le causaba curiosidad, algo que ahuyentaba su miedo aunque sea un poco, asi que se acerco titubeante a donde estaba el otro, le vio a los ojos y sonrio levemente.

"bonne nuit, monsieur" dijo sin pensar si el pelirrojo podria entender lo que estaba diciendo, era mala costumbre suya aun decir algunas palabras en frances al hablar, pero era la unica manera en que podia evitar tartamudear. Bajo la mirada y corrigio. "B-buenas noches..."

El pelirojo se sorprendió gratamente al oír que aquel chico le saludaba en su lengua natal. Dibujó en sus labios una fina sonrisa y le devolvió el saludo.

-Bonsoir monsieur.- Se inclinó levemente y tomó su mano, depositando sobre su dorso un suave y casto beso, sin importarle que aquel muchacho no fuera una dama, de todas formas se merecía un cálido saludo. Le miró detenidamente, esta vez a una distancia suficiente para percibir su aroma de forma clara, sin dudas aquel chico era un vampiro, pero no tenía el aura oscura de muchos, por el contrario, irradiaba inocencia como solo unos pocos podían. Fue entonces cuando la curiosidad le asaltó y no pudo evitar el querer saber un poco más a raíz de aquel furtivo encuentro.

- Quel est votre nom? -le susurró al oído sabiendo que le entendería, por supuesto no tardó en presentarse, como lo haría cualquier caballero.- Je suis Monsieur Davant, Lesther Davant. -una sonrisa un poco más amplia se dibujó en sus labios antes de soltar la mano del castaño y retomar uno o dos pasos de distancia.

Escucho la respuesta del pelirrojo en frances, sorprendido y aun mas, halagado por el saludo, sonrio dulcemente.

-"monsieur Davant, je m'apelle Gautlier, echante"- respondio de igual modo, con una reverencia.

Era dificil encontrar a alguien que pudiera entenderle cuando hablaba en su lengua natal, cosa extrania considerando la distancia entre los paises, el simple hecho de que un extranio total lo hiciera le alegro enormemente. Sabia que de ser humano sus mejillas estarian sonrojadas, era la primera vez en un largo tiempo que se sentia tan feliz.

-U-n gusto conocerle, monsieur"-

-Igualmente mi joven señor. -Respondió sin quitarse esa sonrisa caballerosa de los labios. Sabía que cosas como esa no ocurrian frecuentemente por lo que lo consideró una buena noche, incluso si no llegaba a tener una cena, sería una velada fantastica si lograba pasarla junto a aquel chico que por ahora seguía siendo un desconocido.

-Se que sonará un poco apresurado, pero no tengo planes para esta noche y a decir verdad, su presencia a cautivado mi atención. Es posible solicitar su compañía al menos por esta noche? -se quitó el sombrero de copa dejandolo en su pecho como si lo que hacía era una formal petición- Lo llevaré donde guste, puede elegir, pero a cambio me gustaría una grata y sincera charla, no suelo encontrar frenceses por aquí, mucho menos un vampiro, como yo. -recalcó con una naturalidad sorprendente, sin el mas minimo pudor o temor de delatar sus naturalezas. Para lesther no había diferencia entre los diferentes seres que habitaban esa ciudad, cada cual, humanos, licantropos o vampiros, todos tenían su forma de parecerles bellos e interesantes.

La oferta del pelirrojo era mas de lo que podia pedir, una amena charla con alguien como el, en mas de un sentido, era suficiente para hacerle feliz por un largo tiempo. Ademas ese sujeto se comportaba de una manera tan amable con el, como pocos lo habia hecho, aun en sus anios como humano.

-"Oui, monsieur Davant, s-sera un placer a-acompaniarle"- Contesto sonriente, a ese punto le era imposible decir que no, y aun siendolo, no habia manera que negaria aquella cordial invitacion.

- Me alegra que acepte pero por favor dígame a donde le gustaría ir -insistió el pelirojo pues a decir verdad se sentía inseguro, pocas veces pasaba la noche con alguien de su misma especie. Era más fácil llevar a cualquier humano en una cita, bastaba un buen restaurant para concretar el asunto pero ¿Que era correcto para un par de vampiros?

-Caminemos mientras decide joven señor- dijo para amenizar un poco el ambiente, comenzando a andar con pasos lentos, serenos y a penas audibles sin una dirección concreta mientras esperaba alguna propuesta por parte del más bajo.

A donde? No se le ocurria lugar alguno, casi nunca salia con nadie, era suficiente con pasar la noche con alguien que no solo era de su especie, sino tambien parecia provenir del mismo lugar que el. Sonrio dulcemente y le siguio sin titubear.

-"U-una charla con usted, monsieur Davant, seria mas que s-suficiente para mi, p-pero si insiste...qui-quizas algun lugar donde podamos ver las estrellas, s'il vous plait"- respondio dulcemente.

Nada le fascinaba mas que poder ver la estrellas y lo que lo hacia mejor, era la compania de aquel pelirrojo, estaba seguro que disfrutaria esa noche.

-Bien, entonces iremos a las afueras de la ciudad, le parece?- propuso el pelirojo mientras tomaba la mano del otro vampiro- tendrá que correr un poco ya que se encuentra a algo de distancia, si no nos movemos rápidos los lobos se alertaran. Solo sígame. -dijo eso y como si nada se dispuso a correr sobrehumanamente, nadie se percataría de su movimiento, no eran mas que una brisa que se desvanecía al instante.

Tan solo cuando llegaron al sitio le soltó la mano.

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