Actuación...[Lesther]

Habían pasado varios días ya desde que había tenido mi primer contacto con un vampiro. Aquel vampiro pelirrojo que había logrado despertar interés en mí. Asique...me arriesgué a buscarle dentro de la ciudad, en cada rincón de ella. La curiosidad de saber porque el era diferente me tenía inquieto.

Pude conseguir captar su aroma, dentro del teatro, pero no exactamente en que sitio. El lugar estaba vacío, de otra forma no hubiese podido entrar. Quizás Lesther tampoco. Caminé bajando por el pasillo hasta la tercera fila de butacas, rozándolas sutilmente con mi mano, eran suaves. Me senté posando los pies sobre la fila siguiente con la mirada perdida en el escenario imaginando las mil y una obras que pasaron por allí, aquellas que jamás sería capaz de ver.

Las escaleras hacia el escenario se encendieron con pequeñas llamas azules, como velas flotantes que no eran más que las cartas que manipulaba el mismisimo vampiro pelirojo. Había ingresado a aquel lugar con la única intención de recordar viejos tiempos en los que como todo señorito, asistía a ver las obras junto a su maestro, aprendía de cada arte y cada cosa que podía, incluyendo cosas netamente de la sociedad. Sin embargo había pasado ya tiempo de eso y ahora solo quedaba el recuerdo de aquel escenario que raramente era ocupado.

Apareció de pie en medio del escenario como si las sombras le hubiesen llevado ahí. Había notado la presencia de aquel ser y, a pesar de haberse negado a un nuevo encuentro, no pudo huir sino más bien aferrarse a sus instintos y a su curiosidad, quedándose, mostrándose ante aquel sujeto que destacaba por entre muchos.

-Joven Beleriand. -mencionó y el escenario entero se iluminó tan solo con la luz azul que emanaban las llamas de sus cartas. Solo hizo una reverencia, lenta, cordial, un saludo con todo el respeto que tenía por aquel lobo albino.

A medida que las luces se encendían las seguía con los ojos, con lentitud. Poco a poco el aroma se volvía mas fuerte y familiar, era él. Alcé la vista hasta el escenario aun en oscuridad, pues fui capaz de ver su silueta. No era necesario verle, ya era un hecho, más cuando iluminó el lugar fue bastante grato apreciar como se dibujaba su rosotro entre las llamas de color azul.

-Te dije que podría encontrarte- Sonreí de medio lado. Se sentía como un triunfo después de todo sabía que él hubiese preferido que no nos hubiesemos vuelto a ver. Bajé con cuidado los pies de la butaca y me levanté, con las manos a los costados- Pensé que huirias.

Se sonrojó levemente, a penas notorio en su frío rostro pues no había bebido antes de su nostálgico paseo. El hecho de mencionar que le podría encontrar no importaba qué le ponía algo nervioso, no por el hecho de querer evitarlo, sino porque no estaba acostumbrado a cosas como esa. Por lo general el era quien controlaba los encuentros furtivos, pero la situación con Beleriand se le escapaba de las manos.

-Umh... No tendría sentido escapar si es que usted puede detectar mi aroma no importa donde esté. Joven beleriand.- Respondió intentando sonar lo más calmado posible a pesar de que sentía levemente algo muy similar al nerviosismo humano.

Sonreí mientras apoyaba mis brazos en el mismo sitio donde había dejado descanzar mis piernas anteriormente, sin quitarle los ojos de ensima.- ¡Exacto! - Apenas y podía notar el sonrojo de su rostro con aquella tenue luz azul. Observé con cuidado el escenario y el teatro en sí, esperando que no fuera a olvidarlo.

-La verdad es que me causas curiosidad...Me pregunto, ¿Por qué no siento aquella repulsión hacia tí? En especial porque eres un vampiro. Es más, me gustas. Y eso me llena de interés y de ganas por saber la razón. -Salí de la fila de sillas hasta el pasillo acercándome despacio hacia él.

- A decir verdad no creo saber la respuesta, joven señor. -desvió la mirada lentamente, aquello se tornaba inusual, en especial porque no solía reencontrarse con "Amantes de una noche", si es que así se les podía llamar, pero escapar de las garras de beleriand no parecía ser algo fácil y no era algo que en verdad deseara hacer.

-Tal vez es porque no soy un pura sangre, solo soy un mordido y no de hace mas de cien años. - murmuró suavemente, como solía ser su voz normal, melodiosa, gentil, respetuosa pero bastante atractiva.- Es la única teoría que puedo formularle. No hay truco tras ello y le agradezco el halago. Se el valor de ser un vampiro del agrado de un hombre lobo, se cuán inusual es y de alguna manera, me siento afortunado. -comentó sin alejarse un paso, atento a los movimientos del albino mas no confrontándolo, esperaría pues no tenía claras sus intenciones y la curiosidad era quizás, su mayor debilidad.

Cerré los ojos, dejando escapar un suspiro mientras alzaba los hombros.- Es algo que tendré que averiguar de alguna forma. No me gustan las supocisiones. -Terminé de decir cuando ya estaba frente al él, pero bajo el escenario. Mirándolo hacia arriba y desde mas cerca pude notar como su sonrojo se había ido, dándole paso a aquella forma de ser interesante y poco predecible.

-¿Solías venir a estos lugares? -consulté algo curioso. El color de mi cebello y mis ojos me impedían frecuentar lugares públicos. Por los pobladores era asociado con demonios, y para aquellos informados era algo obvio.

Mi mirada se absorvio en mi imaginación cuando comencé a llenas cada silla con personas, y luces por doquier.

Le vió ahi abajo y le pareció advertir algo de nostalgia en el otro, no entendía bien las razones pero era capaz de percibir eso y ligeros fragmentos de pensamiento del otro.

-Sí...-admitió mientras se acercaba un poco más, hasta el borde del escenario- Solía venir aquí con mi maestro, después de todo yo era un joven noble o algo así. De seguro ninguno de los que aquí me veía pensaba que yo era simplemente un niño de la calle, con la suerte de haber sido adoptado por mi maestro. -sonrió suavemente, contento de alguna forma por sus recuerdos.

-Supongo que no frecuenta estos lugares joven señor, ninguno de ustedes lo hace. ¿Que siente estando aquí? ¿Puede imaginar el ruido, la expectación, la belleza de las luces, de actrices y actores?-ladeó la cabeza y ras una sonrisa traviesa retrocedió unos pasos.

-Yo no puedo actuar, tan solo puedo ofrecerles trucos de magia pero, por ser nuestro segundo encuentro, algo que no suele ser común a mis habitos, entonces creo que merece ver algo interesante. -Hizo una reverencia- Tome asiento por favor.

Volví la vista, nuevamente, hacia el pelirrojo con una pequeña sonrisa.- Vaya...asique eras algo similar a mí...-susurré recordando como era vivir solo. Agradable y triste a la vez. Al parecer sus recuerdos en lugares como estos eran bastante gratos por la sensación de alegría que emitía al contarlos, sonreí de una forma más cálida.

-Hahaha, denuevo con las mil preguntas -reí- Parece como si leyeras mi mente...Exactamente eso imaginaba, jamás había venido a un lugar así, solo me metería en problemas poco provechosas. -declaré soltando un pequeño suspiro mientras hablaba.

Retrocedí unos pasos hasta la butaca para sentarme. Dándole a entender que deseaba ver lo que tenía para mostrarme.

A pesar de no haber bebido decidió ejercer aquel truco en el que necesitaba vertir al menos la mitad de su sangre en una de sus cartas. El Joker.

Sacó dicha carta y con ella ejecutó un corte limpio en su muñeca. De esta comenzó a emanar la sangre que dejó caer sobre la carta, manchandola de rojo mientras esta parecía absorber todo aquel fluído vital tanto para humanos como para ellos dos.

-No es un truco muy agradable a la vista en su ejecución, asi que le pido que cierre los ojos por favor, mas comprendo que no tiene gracia cerrar los ojos frente a u truco de magia. -le sonrió suavemente- Solo espero que no sea mucha su repulsión mi estimado señor. -Dicho esto se giró, quedando de lado hacia beledriand, extendiendo la carta frente a si la que flotó por arte de "Magia". La carta coloreada de un fuerte carmín comenzó a deformarse como si no fuera papel, sino mas bien una extraña masa algo gelatinosa.

El pelirojo guardó silencio pues se notaba en él la concentración. Frente a él se formó la silueta de una persona, mas bien un reflejo de su imagen, como si fuera un lesther bañado en sangre, lentamente cada detalle se afinó siendo lo ultimo los colores de piel, pelo, ojos, ropas, texturas, todo una copia exacta del original. Ambos reflejos con los ojos cerrados tocaron la palma de la mano del otro y abrieron los ojos a la par mirando al albino sentando frente a ellos. A pesar de ser iguales la mayor diferencia radicaba, únicamente, en el destello de sus miradas. Uno emanaba inocencia tal como un niño, el otro algo de astucia y control.

Tras el corte limpio en su muñeca, casi por reflejo, estuve a punto de ponerme de pie, asustado. Me quedé sin poder moverme viendo como la sangre fluía sin asco por su muñeca hasta la carta en el piso. ¿¿Qué hace?! pensé . Más cuando comenzó a hablar explicándome la situación, solté un suspiro tranquilizándome.-N-no...no me es desagradable...Estoy bastante acostumbrado a ver eso...incluso mas grotesco mientras como. Sólo...no me lo esperaba ...haha-reí nervioso intentando componerme y sentarme denuevo para por fin ver su truco.

Seguía cuidadosamente los movimientos de aquella masa de color carmín, no pude evitar sorprenderme notoriamente a medida que iba tomando una forma humana, exactamente igual al del pelirrojo. Mi sorpresa fue mucho mayor cuando la figura se volvió clara. No sabía que decir...no estaba relacionado con este tipo de cosas.

-E-es real!? -pregunté sin pudor de verme como un ignorante.

[NdU: A partir de aqui me referiré a A: como el lesther más pasivo y B al más altanero y dominante.]


Ambos pelirojos soltaron una risilla a la vez sin separar sus manos, por el contrario, tomando con fuerza la del otro.Mientras miraban fijamente al lobo parecían juguetear entre si con sutiles e hipnotizantes movimientos hasta que uno de ellos alzó la voz, justamente el que aparentemente había "Salido de la carta".

B: -Por supuesto que soy real Beleriand, acaso no me ves? -su voz era la misma del lesther original, mas su modo de hablar esa mucho más informal- o también quieres tocar? -en un segundo ambos estaban junto a Beleriand, en las butacas a ambos lados de este.

A: -¿Qué dice? le ha gustado el truco, mi señor?- susurró en el oído del albino. El tono de éste Lesther era más suave que el original, más inocente y dulce, más envolvente.

Respiré profundamente para reponerme correctamente- Bueno...si lo pones así...-no pude terminar la frase cuando ya tenía a ambos pelirrojos a cada lado. Miré a cada uno alternadamente. Debo asumir que en un principio me sentí algo cohibido...un poco intimidado por ambos Lesthers. No sabía exactamente cual era el real o quizás, ambos lo eran. Sumado a que sus miradas eran y a la vez no eran las que había podido apreciar en Lesther la primera y última vez que nos vimos, me sentía confundido.

-Puedo decir...que por primera vez un truco de magia no me es desagradable -Respondí sinceramente. Pues, si bien me confundían un poco, me interesaba saber como terminaría este inusual episodio.

Alzé mi mano derecha, hacía donde estaba aquel Lesther que me había hablado tocándo su rostro sutilmente, recorriendolo lentamentamente. Era real. Sin quitar mi mano de su rostro levante la otra imitando el recorrido en las mejillas del otro.

B: - Ahora sí estás convencido? -susurró con la mirada encendida, fija en el albino, con una sonrisa ladina que no se esforzaba en ocultar. Se acercó un poco más hasta su oído para comentar- Vaya, pareces encantado con esto, procura no bajar la guardia o me tentaré a... probar alguna maldad.~ -mordió la oreja del lobo y luego bajó por su cuello, guiado por el aroma de la sangre hasta su boca, de seguro el lobo sí había cenado a diferencia de Lesther.

A: - No es que sea una amenaza, pero no solemos realizar este truco sin antes haber cenado por lo que... está siendo un poco dificil controlarse, en especial para él -indicó a su otro yo- Lamentamos si le parecemos algo altaneros el día de hoy mi señor. -Suavemente le rodeó por el cuello, buscando apegarse más a él como si ansiara su calor-

Para ambos era divertido ver la confusion en la cara de beledriand y a la vez lo maravillado que parecía. Sin embargo la sed que era desenfrenada para ambos les estaba nublando un poco el pensamiento.

Intenté escapar de aquel sutil estimulo, del que parecía, la parte más atrevida de Lesther. Mi mano, que con anterioridad se encontraba en su mejilla, bajó un poco, hasta su mentón alejándolo de mi cuello- Eres tú quien me insitará a realizar alguna maldad.-le corregí rozando con la yema de mi pulgar su labio inferior, alcanzándo a ver levemente la punta de sus colmillos. Retiré mi mirada del primer pelirrojo, hacia aquel que me abrazaba por el cuello, escuchándo con atención.

-Vaya...entonces...-sonreí con picardía- Yo podría complacerles un poco con aquello que desean...si ustedes me complacen a mí -sugerí aun viendo a ese Lesther más sumiso.-

A: -Parece que usted no pierde tiempo mi señor... -comentó lentamente mientras besaba la mejilla del albino y reia suavemente pues por su parte no tenía problemas con la idea- Pero... cree que esté bien complacerle en este sitio? -preguntó con cortesía, siendo considerado ya que evidentemente estarían expuestos los 3.

B: Mas bien... crees que podrás con dos de nosotros? -le lamió el dedo descaradamente, simulando que este era su virilidad- Somos dos contra uno, no sería dificil reducirte lo suficiente como para devolverte la mano por lo de la otra vez <3 -le guiñó el ojo y mantuvo la mirada feroz sobre él- Tampoco es que no podamos salir a beber afuera. -dio una risilla burlesca antes de separarse de beleriand- Te advierto que yo no soy tan caballero, menos cuando tengo sed.... ya sabes, me pongo de un humor de perros. pffff... -se burló descaradamente del lobo.-

Acariciaba con cierta ternura la mejilla de aquel pelirrojo cortés, y sutil a medida que me hablaba- Pues...me gusta arriesgarme~ -respondí algo sonriente. Cuando aquel otro acompañante comenzó a hablar me voltié hacia su lado, escuchando con atención. Más de una vez solté una pequeña risita, me sorprendía y causaba gracia oir a Lesther tan sublevado y actuando de forma tan laciva, lo disfrutaba.

-Oh...bueno. Tendremos que intentarlo~ Más si no quieres arriesgarte puedo quedarme con este Lesther -refiriendome al que ya rodeaba con un brazo- Y tú puedes ir a buscar a alguien más -rocé su barbilla a medida que retiraba mi mano de su rostro- Aunque realmente tengo ganas de ver hasta que punto eres capaz.

B: -Estás siendo demasiado altanero no crees? -alzó una ceja y le miró con el ceño fruncido luego de un rato.- Bien, no es que sea un problema para mi el buscarme a alguien más, pero tengo demasiada sed.... tsk... -dicho esto jaló del brazo de Beleriand para moverlo en un instante hacia el escenario. Esta vez estaban los tres de pie, los pelirojos posicionados tanto adelante como a la espalda del albino.- Entonces aceptaremos... -susurró en su oído para luego descubrir su cuello y morderlo sin esperar nada más.


A: -le miró como hipnotizado, el también tenía sed pero no lo decía a viva voz, simplemente sentía la necesidad y aquella ansiedad le ponía un poco más meloso, volviendo a abrazarse al albino, juntando su cuerpo con el de él mientras buscaba sus labios necesitado, dando un beso apasionado pues a pesar de lo cortés que podía ser basicamente sentía la misma pasión que su otro yo- Mh~

-Puede ser~ -sonreí de medio lado dejándome llevar por el primer pelirrojo, levántandome de las butacas. No fue la forma en que me hubiese gustado tocar un escenario de algun teatro (o quizás sí, no lo sé). A penas me dio el tiempo apreciar la vista de aquel lugar, las luces, el telón, aquellas cuerdas tras bambalinas. Todas esas cosas salieron de mi mente al contacto de mi cuello con los dientes del vampiro. Mi cuerpo reaccionó igual que la última vez; mostrando mis dientes, gruñiendole.

Fue algo injusto que aquel otro Lesther sufriera la presión de mis manos en sus brazos al momento de tocar mis labios. Intenté seguir aquel beso como pude, sin soltarle.

A: -se quejó suavemente por el apretón en sus brazos, pero intentó disimular pues comprendía que le era incomodo al albino aquello que hacían. Procuró mantenerlo ocupado con el beso lo mejor que pudo mientras sus manos se dedicaban a desabrochar sus ropas y acariciar su torso jugueteando con sus largas y negras uñas por sobre la blanca piel del lobo. Le gustaba ese tacto cálido y único.

B: -Le sostuvo fuertemente y sin esperar mucho enterró sus colmillos en la piel ajena para comenzar a beber la sangre que escurría por la herida. Sin embargo no bajaba la guardia, atento a las reacciones del lobo y a la evidente molestia que demostraba o al menos, eso intentó. Al rato terminó perdiéndose en el éxtasis de la sangre mientras comenzaba a mover la caderas, simplemente por la excitación, rozando su entrepierna con el trasero del albino.-

No podía mantener la cabeza enfocado en algo, eran demasiadas sensaciones a la vez. Pensé que podría contenerme hasta que aquel pelirrojito travieso comenzó a mover sus caderas en mi entrepierna. ¿Aun así pretendía que me quedara sin hacer nada? Imposible. Me desligué del beso de el otro Lesther agarrándo con mi mano el cabello de quien bebía mi sangre, obligándolo a terminar con eso sin ninguna muestra de delicadeza. Mostré mis colmillos y con ellos le mordí el labio dejándole una pequeña, aunque notoria herida, besándole nuevamente.

LestherB: M-merde... -comentó al verse atacado literalmente por aquel lobo, siendo capaz de degustar su propia sangre escurriendo de su labio, sin embargo tan rapido como la herida se hizo esta se cerró. Volviendo a sonreír. - Vaya, si que tienes mucho orgullo. -dijo mientras forcejeaba con el otro para al menos librarse del agarre- Ni siquiera me has dejado beber bien y piensas que dejaré que descargues tus instintos de animal en mi? -alzó una ceja pues estaba tan enojado como el otro.

Lesther A: -Por su parte se limitaba a mirar, sintiendose algo inutil en lo que se había propuesto. Por ello al sentir la tensión entre los más activos decidió interrumpir.- Lo siento mi señor, de verdad lo lamento, esa actitud es unicamente por la sed. Pero no se preocupe, intentaré atenderlo y complacerle ya que de todas formas le ha permitido beber un poco. -aseguró mientras acariciaba la entrepierna del albino, intentando llamar su atención-

Sólo me limité a mirarle de una forma un poco más tranquila, después de todo ya no lo tenía mordiendo y bebiendo de mi cuello, aquel acto provocaba un fuerte deseo de desgarrar cada miembro de su cuerpo. Limpié el rastro de su sangre de mi boca, ciertamente pude darme cuenta de que no tenía su mismo aroma.

-M-mh...-musité al contacto del otro sujeto con mi entrepierna, mientras el me mantuviera ocupado en otra cosa creo que sería capaz de controlar aquel impulso. Le sonreí levemente acariciando su mejilla para luego voltearme al otro pelirrojo, tomandole de la camisa, acercándolo a mi cuello.

-Probemos una vez más...

Lesther B: -le dió una bofetada en la mano cuando le intentó tomar de la camisa, estaba molesto.- Olvidalo, yo no participaré en esto. -dijo para luego bajar del escenario de forma tan lijera como una pluma, tomando asiento en las butacas- Dejame presenciar lo divertido que te ves jodiendo con mi otro yo. -Susurró siendo bastante apatico y es que todo el mal caracter de lesther se centraba en aquella versión de si mismo.- Ofreces tratos y resulta que eres un mediocre para cumplirlos. -se cruzó de piernas- Para esto te diste el trabajo de buscarme? Bueno, adelante, puedes follar-me. -separó intencionalmente la palabra señalando a aquel chico que le intentaba satisfacer.

Lesher A: -Tambien se sentía un poco decepcionado, ni pensar en pedirle una gota de sangre al albino, no quería terminar con un miembro menos o algo por el estilo. Por ello es que simplemente decidió seguir con lo meramente carnal, era el pago por el breve trago. Sus manos bajaron y masturbaron su entrepirna, sus besos se hicieron apasionados y mientras atendía al lobo procuraba ir quitandose parte de la ropa que traía, solo la chaquetilla y los pantalones, dejandose una vez más la camisa puesta.-

Solté un suspiro y me levante de hombros. No estaba para rabietas de niños porque las cosas no salieran como él quería, no amargaría la oportunidad que se me había presentado solo por ello. Me acomodé mejor observando como actuaba mi, ahora único, acompañante recibiendo aquellos apasionados besos y disfrutando a ojos cerrados el movimiento de sus manos en mi entrepierna.
-Mh...-volví a observar para apreciar como se despojaba de la mayoría de sus prendas. Me esperaba nuevamente que dejara su camisa por lo que solo lo tomé de la nuca, desabrochando un solo botón más, para poder besar y lamer de forma mas cómoda su blanco cuello.