Actuación...[Lesther]

El pelirojo en el sillón se mantuvo en silencio, con la mirada fija en Beleriand, parecía una estatua, un adorno dentro de aquel salón pues siquiera su respiración era notoria. ¿Acaso estaba respirando? No se daba cuenta.

Mientras tanto el otro chico continuaba sus caricias y besos. Se asustó cuando le sintió desabotonar su camisa, mas como vio que solo era un botón no pronunció queja alguna y continuó. Sus manos desabrocharon el pantalón del albino para asi poder masajear mas directamente su entrepierna mientras sentía como el otro jugueteaba en su cuello, asunto que sí, le gustaba y le encendía.

De vez en cuando intentaba tomar sus labios, morderlos lascivamente y luego bajar con besos por su cuello, pero sin hacer ningún ademán de morderlo, completamente resignado continuaba bajando hasta su abdomen a medida que retiraba las ropas del otro, deteniendose a la altura de su ingle un momento, solo porque sentía su propio cuerpo tenso.

Dejé de moverme al notar como el pelirrojo no mostraba intenciones de morderme, quizás lo había intimidado con mi actuar anterior. Le tomé desde la barbilla para subir su mirada.- No deberías estar tan asustado -sonreí- También a tí te prometí un poco de mi sangre.- Me acomodé un poco y sin, casi, ningún esfuerzo a él también. Solo hasta ahora reparaba en lo ligero que era. ¿Siempre lo fue?
Le mostré mi cuello, indicándole con el dedo donde podría morder.- Prometo no hacerte nada...-Después de todo se lo merecía y esta parte de Lesther se comportaba como más me gustaba que lo hicieran. Sin embargo no significaba que no quisiera cazar a ese otro sujeto.-

Le miró y le sonrió sutilmente, luego negó con la cabeza de una forma tímida, casi adorable. Desde las butacas habló su otro lado y dijo con voz lo suficientemente audible "No beberá de ti luego del espectaculo que diste. No prometas cosas que no puedes cumplir." El pelirojo sobre él solo corrió la mirada, pues lo que decía el otro no distaba mucho de la verdad, tenía miedo y por supuesto no quería ser rechazado, mucho menos poner tenso al lobo aquel.

"Esta bien mi señor, no es necesario." Respondió el mas sumiso y continuó con lo que hacía, volviendo a bajar con besos por su abdomen, buscando llevar a su boca el miembro del albino luego de masturbarlo un poco con la mano.

...Tsk, tu cállate -Respondí con un notorio tono de enojo, volteándome sutílmente hacia él- Perdón por haberle tratado con tanta brutalidad, señorita .-Volví la vista al otro pelirrojo con una mirada más amable. Sí, sabía que era el mismo Lesther pero aquella parte de él me mataba los nervios con aquella actitud prepotente.
Acaricié su rostro a medida que bajaba con sus besos y comenzaba a bajar hasta la altura de mi parte baja. -...Mh...-Indudablemente sus labios se sentían mejor que sus manos. Nuevamente me voltié hasta el otro sujeto, esta vez con una miraba bastante laciva. ¿Realmente se quedaría a ver? No es que me molestara, sino se me hacía un tanto narcisista verse a sí mismo en el acto. Bah...No tenía tiempo para pensar en esas cosas. Joder, este chico era bueno.

"No es que esperara que supieras ser realmente un caballero, Beleriand." Le contestó el más altanero con una mirada neutra, pero fija en lo que hacían. Llegaba a parecer un muñeco sentado ahí pues cualquiera se sentiría incomodo o por el contrario se excitaría ante tal espectáculo, sin embargo el se mostraba frío, inmutable.

Su otra parte se deleitaba tragando la virilidad del lobo, jugueteaba con su lengua y succionaba con fuerza. De a ratos iba a lamer sus testiculos y luego regresaba. Oh, como le tentaba aquello, como sentía la sangre que fluía por sus venas, aquella que mantenía la dureza en la zona. Sus dientes parecieron acrecentarse, pero solo era producto de la tentación, quizás un mero delirio. Finalmente concentró sus esfuerzos por lograr hacer al otro correrse en su boca.

Los ojos del que observaba brillaron sutilmente en la oscuridad, luego volvió a mostrarse sereno, como lo que era, como si estuviera muerto.

-...C-claro que no...pues no soy ni preténdo ser un....caballero...Mh...-dije volteandome a medias con una sonrinsa en el rostro. La mirada ida, mi mente comenzaba a ponerse en blanco inundándose por el placer ejercido por el pelirrojo. Luego de un rato del movimiento continuo en mi miembro, la perfecta combinación de sus labios y su lengua, junto a la fría temperatura de su boca terminó por colapsarme. Cerré los ojos e incliné la cabeza hacia atrás, permitiendo que ese Lesther hiciera lo que tuviera que hacer.

Le hizo correrse en su boca, sin embargo tuvo cuidado de no beber ni una gota, basicamente porque lo que necesitaba era sangre y el gesto del albino fue tentador. Podía ver y oler la sangre a través de sus venas, podía sentir como el filo de sus colmillos se acentuaba, sin embargo solo apretó los puños y se mantuvo ahí con la mirada en las tablas de aquel escenario.

Ha quedado satisfecho mi señor...? -preguntó con la voz un poco tensa, era un terco, no sabía si era orgullo o meramente era el querer seguir con su convicción, o quizás, solo quizás era no repetir el rechazo.

Era un cobarde, un caballero de piel fría, del tipo que siempre suelen ser cobardes y que necesitan refugiarse en el calor de alguien más.

El otro lesther había cerrado los ojos tras terminar el espectaculo y aplaudió suavemente como si aquello en verdad hubiese sido alguna especie de espectáculo.

Todo estaba bastante bien(en especial para mí luego de la escena anterior) hasta que Lesther abrió la boca para preguntar. Me desesperaba un poco que fuera tan sumiso. La vez anterior no había llegado a este punto pues la perfecta mezcla entre sumición y arrogancia estaba dentro del verdadero pelirrojo. Podía ver en sus ojos el deseo por un poco de sangre y en realidad me molestaba que no exigiera nada.
Tsk...-Le sujete de los hombres dejándolo en el piso, sobre él.- Eres bastante contradictorio Lesther...¿Estás satisfecho así?

Lo estoy mi señor. -contestó con la mirada fija en las orbes del albino sobre él, sin inmutarse siquiera por el inesperado "ataque". - ¿Usted no?

Alzó una mano y le acarició la mejilla al lobo, concuidado, con respeto, jugando fugazmente con algunas hebras de su cabello en la zona tras su oreja.

El otro lesther dejó de aplaudir a penas escuchó al albino hablar y se puso de pie, alerta en parte pues aquel a quien reducía era él mismo y por supuesto, no le iba a dejar hacer lo que quisiera con su "otra mitad".

Creo que ha sido suficiente espectáculo para una noche, Beleriand. -Acotó el mas desafiante mientras aparecía de pie junto a los dos que se encontraban tendidos en el piso.

Redireccioné mis ojos al otro pelirrojo, sin mover mi cabeza. Con una mirada un tanto amenazante. Solté un pesado suspiro antes de hablar.- Sí...ya he tenido suficiente de quien dice nada y de quien habla demás...-Quité con cuidado la pálida mano de mi rostro, levantandome para dejar a mi prisionero en libertad. Enseguida me levanté caminando en dirección a la salida.

-Buenas noches- Me despedí sin voltearme.- Ah...por cierto.-Me giré- Lamento el susto, Lesther.

Ambos pelirojos vieron con sorpresa como el albio cedía y se apartaba de ellos. Incluso le pareció levemente resignado a aquel que se encontraba de pie. Escuchó las palabras del lobo y en primera instancia parecieron clavarse en su pecho en una sensación extraña.


"ya he tenido suficiente de quien dice nada y de quien habla demás..."

Sabía con certeza que este juego no era grato para la gran mayoría. A nadie le gustan los extremistas.

El mas sumiso se incorporó lentamente con uan mano apoyada en su pecho, ahí donde había algo molesto. Su otra mitad le ayudó a ponerse de pie y con un suave beso en la frente este se disolvió a la masa rojiza que había sido al comienzo, retrocediendo rapidamente hasta volver a ser nada más que un naipe.

El lesther que quedó solo tuvo un pequeño trance del que salió para oír las ultimas palabras de Beleriand.

No tiene que disculparse, mi señor.- susurró desde el escenario, compañando sus palabras con una reverencia, su forma de despedirse.