Segundo encuentro [Drachen]

Le gustaba caminar por las calle viendo al cielo cada que podia, cada que podia librarse de sus deberes por un momento y salir a caminar, ver a la gente pasar. Esa vez era diferente, habia salido no solo por los primeros propositos, sino esperaba ver a alguien, alguien a quien le llamaba amigo. Caminaba sin rumbo, pasando su mano por los muros de vez en cuando. Finalmente decidio detenerse y levantar su mirada al cielo, como de costumbre el cielo estaba oscuro y se podian ver las estrellas hermosas como eran sobre aquel bello manto nocturno. El tiempo parecio detenerse, estaba tan absorto que no escucho en absoluto cuando aquella persona se acerco a el.

Se encontraba caminando por las calles de la ciudadela, le gustaban mucho aquellas fachadas de aldea antigua y desgastada con algo de musgo sobre las paredes o hermosas enredaderas de hermosas flores moradas que se mantenían abiertas aun por la noche, dándole a la ciudad una hermosura mística, solo le faltaban las luciérnagas y admitiría que sentiría que se encontraba dentro de un cuento para niños.

Aun cuando quería seguir observando aquel hermoso lugar desvió sus pasos hasta adentrarse a un callejón algo húmedo, llevando por un momento una mano a su nariz para tallársela un poco para no estornudar, pero el aroma no sería problema cuando viera a su amigo, aquello lo alegraba de sobremanera, ya habían pasado días que no sabía de él, y saber que lo vería de nuevo era algo emocionante.

Solo que no recordaba porque habían elegido ese lugar, una pequeña risita escapo de sus labios al poder percibir el aroma de Gautlier, avanzando con algo de rapidez hasta quedar detrás del joven, alzando la mirada para observar que era lo que mantenía cautivado a su amigo.

-Son hermosas, también suelo perderme en aquel inmenso cielo, Gautlier, me alegra verte de nuevo- sin más lo abrazo con fuerza.

Sintio el abrazo y apenas reconocio la voz de su amigo, devolvio el abrazo con una sonrisa dibujada en su rostro. Ese tipo de encuentros era una de las razones por las que valia la pena dejar sus deberes por un momento y salir a la cuidad. No habia muchas personas a las que pudiese llamar amigos porque gran parte de su vida habia pasado encerrado en el centro de la cuidad, pero ahora nada le alegraba mas que verles, a Drachen o a Lesther.

-"A-a mi tambien me alegra verle, monsieur Drachen"- Se sonrojo levemente. -"L-las estrellas se ven m-mas bellas esta noche, cierto ?"- No deshizo el abrazo, le agradaba sentir el calor hasta cierto punto, humano de su amigo. Le hacia sentirse un poco mas vivo, recordar anios atras cuando aun era del todo humano.