Reunion [Gautlier, Gabriel]

Caminamos cruzando todo gran parte de las dependencias del vaticano hasta llegar al edificio más imponente del lugar. El palacio apostólico. Residencia oficial del papa, pero también lugar donde se llevaban a cabo reuniones y actos importantes de la Iglesia.

Incluso el mismo capitán de Cross-fire tiene que reportar su llegada y aquello a lo que veníamos en la entrada, era importante la seguridad del líder de la iglesia y eso ni yo lo discutía. Una vez nos autorizaron y nos anunciaron qué salón habían preparado para nuestra reunión nos dirigimos en una marcha tranquila, pues aún teníamos algunos minutos de sobra.

“Intenta no ponerte demasiado nervioso Gautlier.” Le advertí mientras le obligaba a avanzar a mi lado, manteniendo uno de mis brazos en su espalda.

Finalmente llegamos a un pequeño salón con dos pequeños sillones y uno más grande. Tanto té como café estaba dispuesto en la mesa, listo para servir.

“Adelante.” Le indiqué al vampiro y cerré la puerta tras de mí esperando la llegada de Gabriel, tomando asiento en uno de los sillones pequeños, indicándole a Gautlier que ocupara el más grande.

Camino al lado del general todo el tiempo, tratando de seguirle el paso hasta llegar al Palacio Apostolico y posteriormente acceder a la sala donde, segun le habia dicho su superior, seria el encuentro con el Padre Gabriel. Apenas entraron sintio el agradable aroma a cafe y te preparadons y dispuesto en la mesa de centro. Observo a Giovanni sentarse en uno de sillones donde solo habia espacio par auna persona y que por tanto era mas pequenio, indicandole luego que se sentase en el mas grande. Obedecio, pero al instante se sintio ligeramente intimidado, en especial por el hecho de que su asiento parecia ser mucho mas grande que el, cosa que no ayudaba a cumplir otra de las ordenes del genera: calmar sus nervios. Claro que nervios no era la palabra mas exacta para describir lo que el chico sentia en ese momento, era mas ansiedad de que todo terminase pronto y que nada malo sucediera, al menos en su punto de vista. Una vez sentado, puso sus manos sobre sus rodillas y volteo a ver a la puerta, esperando ver pronto que clase de persona era Gabriel.

Ya era la hora de la reunion, el tiempo paso volando para el espaniol mientras se sumergia en sus lecturas y preparativos de lo que le presentaria como investigacion y trabajos iniciales al general. Tomo sus cosas y emprendio su camino con direccion al Palacio Apostolico, aun tenia unos cuantos minutos y no se daria el lujo de llegar tarde y causar mala impresion, aun si eso significaba tener que correr por los pasillos.

Llego al lugar sin mucho problema, con poco tiempo para hubicar el sitio de la reunion, asi que decidio preguntar. Finalmente, uno de los guardias del lugar le indico en que salon se encontraba el General Giovanni Crivello y el joven vampiro que estaba por conocer.

Comenzo a preguntarse como podria reaccionar el chico y que clase de cosas le serian permitidas hacer, pues ya le habian mencionado que no seria herido gravemente y que, por supuesto, su vida no correria ningun riesgo. Lo que le interesaba saber era que tan lejos le permitia el vampiro ir en su investigacion y que tanto sabia este de su raza como para poder aportar algo que el desconociese.

Tras unos momentos sumergido en sus pensamientos, llego al salon de la reunion. Al abrir la puerta, noto que el italiano ya se encontraba ahi y fue entonces cuando tambien logro ver al chico vampiro, nada amenazante de hecho, no parecia uno del todo, su piel tenia un tono un tanto mas calido, cosa que lo atribuyo a que muy seguramente habia bebido algo antes de arrivar a la sala.
-"Buenas noches, senior Giovanni, me disculpo si le hice esperar mucho, pero aun no estoy del todo familiarizado con el lugar"- Comento. Trato de no sonar muy serio, sino un tanto optimisma, a manera de no comenzar intimidando a su conejillo de indias. -"Y supongo que le chico de ojos grises es el vampiro de quien me hablo, cierto ?"-

"Pero qué dices Gabriel, has llegado justo a tiempo." Le recalqué luego demirar la hora en mi reloj. Eran las doce en punto y todo parecía alentar buenas expectativas. "Me imagino que aun te cuesta adaptarte al lugar." comenté y luego le hice una seña a Gautlier para que se pusiera de pie.

"Así es, él es Gautlier Tudor, un vampiro protegido por el vaticano y nuestro joven ayudante para los experimentos que liderarás." Dejé que Gautlier saludara correctamente, mientras yo me volvia a sentar en el sillón. Una vez terminaron las presentaciones le ofrecí asiento a Gabriel, quería que se sentara en el otro sillón individual y comenzaramos la charla, pero siempre iban primero las formalidades.

"¿Deseas una taza de té o café? Pedí que nos prepararan pues la noche está un poco fría. " Esperé su respuesta mientras yo preparaba mi taza con café.

"Traje unos documentos y creo que tu quieres hablar de proyectos, de seguro también tienes preguntas para Gautlier, asi que comencemos con esto." Aludí indirectamente que podía hacer las preguntas que deseara sin problemas, sin pudor, lo que fuera yo lo respaldaría.

Vio entrar al clerigo de cabello castanio y ojos verdes, parecia un sujeto agradable a primera vista o al menos esa fue la idea que el chico frances tuvo. Cuando el general lo presento, se puso de pie inmediatamente repsondiendo con una educada reverencia.

-"Bonne nuit, monsieur Gabriel..."- Saludo. Preferia hablar en frances cosa que le ayudaba a controlar sus nervios y hablar de una manera entendible, despues de todo las lenguas derivadas del latin son en su mayoria muy similares. -"U-un placer conocerle..."-

No dijo mas y tomo asiento meintras el otro hacia lo mismo. Sabia para lo que estaba alli, por tanto no le molestaba si el espaniol deseaba hacerle preguntas, lo que le preocupaba era tener la respuesta, en especial teniendo en cuenta re de rque era la excepcion a la regla para muchos vampiros, vivia en el Vaticano y servia a los mismo que cazaban a los de su raza, ironico.
-"Oui, monsieur, p-pregunte cuanto g-guste, tratare de responder c-cuanto pueda..."- Comento de la manera mas tranquila y segura posible. El simple hecho de que el de ojos verdes no luciese intimidante ayudaba en gran medida y le daba cierta confianza al momento de hablar, pero ahora solo era cuestion de responder todo lo que se le preguntase y cumpliese lo que se le ordenara.

-"Buenas noches"- dijo correspondiendo al saludo del chico vampiro.
Noto de inmediato el caracter sumiso de este, cosa que el general ya habia mencionado en su charla previa. Facilitaria mucho mas las cosas, pues no tendria que obligarle a cooperar, al menos eso pensaba, pero no dudaria en hacerlo de ser necesario. Debia mantenerle bajo control para tener exito en su investigacion.
Tomo asiento en el sillon de una sola persona que habia quedado disponible, se cruzo de piernas y aclari su garganta antes de comenzar a hablar.
-"Por ahora solo tengo preguntas referente a un tema... que tan rapido se regenran sus heridas ? en base a que es la velocidad de su recuperacion ? "- No se atrevio a hacer mas por no confundir al muchacho y darle la oportunidad de contestar una a una.

Sonreí inevitablemnte ante la pregunta del sacerdote, era algo interesante sin dudas pero con un deje de morbo.

"Qué tan rápido..." Miré a Gautlier con cierta malicia. "Creo que nunca hemos tomado el tiempo." Volví a mirar el reloj con una idea en mente. "Si gustas podríamos hacer la prueba." Hablé de forma tan natural que no estaba seguro si Gabriel tomaría enserio mis palabras.

"La razón de su capacidad regenerativa.... Dudo que lo sepas, ¿o si Gautlier?" El chico poco y nada sabía de si mismo y tenía la intuición que aquello sería parte de las cosas que Gabriel debía averiguar mediante sus investigaciones.

Ya que el sacerdote no respondió a mi ofrecimiento me levanté a servir tan solo una taza de café, para mí.

Apenas escucho las preguntas, sabia lo que podia venir, no tenia opcion y de hacer enfadar al general le iria aun peor, era un sujeto de pruebas ahora, un conejito e indias y su cuerpo ya no le pertenecia del todo. Observo callado al padre Gabriel y luego a Giovanni, queriendo borrar de su mente la preocupacion aquella. Quizas Gabriel no era del tipo que le gustaba de hacer esas cosas, esa clase de....investigaciones, solo entonces se consideraria el vampiro con mas suerte en toda la cuidad, aunque las probabilidades eran pocas. Pues la afinidad entre ambos superiores no se debia a mera coincidencia, debian tener la misma ideologia o una muy similar.

-"Je ne sais pas...m-monsieur....m-me temo que no p-puedo responder a su pregunta, m-monsieur Gabriel..."- Contesto un tanto apenado, para ser un vampiro sabia muy poco de los de su raza, despues de todo, habia pasado literalemente toda su vida rodeado de sacerdotes que le decian que hacer y cuanto debia controlar sus impulsos.

Bajo la mirada, esperando escuchar que diria el espaniol respecto a la sugerencia de Giovanni. Se sentia nervioso, mucho mas que al principio, sabia que acaba de beber sangre, las heridas curarian relativamente rapido, pero el dolor era algo que no podia borrar, por mas inmortal que fuese.

La idea del italiano le parecio un tanto, agradable, interesante sin duda y que aportaria un dato muy importante para lo que seria el resultado de su trabajo. El hecho de torturar a alguien nunca le habia sido de agrado, pero esto era por el bien de otros, ademas como habian prometido, no seria un gran danio aquel ocasionado al chico, despues de todo, lo necesitarian a futuro. Sonrio, aun algo extraniado por la simpatia que sentia hacia la sugerencia del general.

-"Seria de mucha ayuda hacerlo... "- Comento dejando la frase al aire, despues de notar lo nervioso que estaba el vampiro. Su apariencia era la de un menor, un simple chico; se sintio culpable un momento, pero por ningun motivo iba a retractarse de sus palabras e intenciones. -"En cuanto a las demas respuestas, descuida, podremos encontrarlas conforme avancemos en el trabajo, pues confio que contamos con tu total cooperacion, Gautlier"- Le dedico una sutil y suave sonrisa, ese juego de palabras muy seguramente se ganarian la aprobacion del frances. Lllevaba mucho tiemp haciendo lo mismo en los interrogatorios, consiguiendo siempre la respuesta que buscaba, una confesion.

Quizás en algún momento había pensado que Gabriel me negaría la propuesta, para mi sorpresa su aprobación fue absoluta, pero no por ser una sugerencia mia, o una orden. Notaba que mas de algo le agradaba de toda aquella idea.

"Gautlier, no pongas esa cara de pánico. No será nada exagerado como la marca en tu espalda." Le comenté mientras dejaba de lado mi café y me ponía de pie solo para ir a sentarme junto al vampiro. "Está será la única investigación por esta noche, ya que tampoco considero que éste sea un buen lugar para hacerlo." Le advertí a Gabriel mientras tomaba la mano del menor y dejaba su antebrazo expuesto.

"Si me permites, yo ejecutaré la herida y usted tomará el tiempo y le examinará posteriormente."
Se lo permitiera o no era lo que iba a hacer. Solía ser un poco posesivo con sus juguetes.

Acomodó un pañuelo bajó el brazo del vampiro para poder evitar manchar innecesariamente las ropas o el lugar.

A pesar de las palabras del general, el frances no podia evitar sentirse nervioso, el simple hecho de que un objeto afilado se acercase a su piel le aterraba, cualquier cosa similar le recordaba a la noche que le marcaron para probar su lealtad. Asi que cerro los ojos, como si eso fuera a hacer que el dolor desapareciera. Sabia que la herida se curaria un poco tiempo y que el dolor no era mucho a comparacion de otras cosas, era mas si miedo el que le sugestionaba.
No queria mostrarse como un cachorro aterrado delante del Padre Gabriel ni de Giovanni, asi que despues de unos segundos abrio los ojos y volteo a ver al italiano, esperando que hiciera lo que debia hacer. Le consolaba el hecho que la herida no seria tan grande, podia fingir por una vez. Era fingir, es muy diferente a mentir, penso el chico para darse animos. Su cuerpo dejo de temblar y se concentro su mente en ahuyentar temores sin fundamentos, pues, como habia dicho el general la noche que comenzo a trabajar bajo su mando el le protegeria.

Ademas de notar la cara de panico del chico, el espaniol se dio cuenta del caracter posesivo del general, no entendia porque pero para el italiano, el vampiro era mas que solo su subordinado, un juguete ? una marioneta ? Quizas luego lo averiguaria, pero estaba seguro que seria alguna de esas opciones, si no, que otra cosa poria ser ?
Busco por la habitacion un reloj en el cual checar el tiempo, por cuerte habia uno, muy elegante, justo al otro lado del cuarto frente a el. Observo cuidadosamente ambas manesillas hasta que estas marcaron un tiempo conveniente que hacia mas facil medir los segundos que pasaban antes que la herida que estaba por hacer el general en la piel del vampiro sanase.
-"Listo cuando usted desee, senior Giovanni"-
Por un lado era una lastima que ese seria el unico experimento de la noche, pero habia mas noches por venir, con eso le bastaba. -"Y descuide, comprendo la hora de la noche que es, ademas la locacion en que estamos no es la mejor, todo tiene un momento oportuno y por ahora aun no llega del todo para esta investigacion"-

A penas las manecillas del reloj marcaron el comienzo de un minuto ejecuté un corte limpio sobre el antebrazo del vampiro que resignadamente obedecía mo voluntad.

Un trazo de más o menos 10 centímetros, paralelo a sus venas de las que la sangre comenzó a brotar de forma grotesca ya que el chico recién se había alimentado, tanto que el pañuelo no fue suficiente para contener el líquido. No me importó manchar mi gabardina con tal de no dejar rastros en aquella habitación. Sería un pecado mancharla con la sangre de Gautlier.

El tiempo pasó lento mientras con deleite veía como su cuerpo reaccionaba y sus celulas despertaban la regeneración a una velocidad sorprendente, cada tejido estuvo restaurado en no mucho tiempo dejando solo las manchas en mi ropa como muestra de que él había sido realmente herido.

No, no me fijé si el corte le había dolido a Gautlier, no sé si rompí algún tendón, no me interesó. Esto era una magia viciante que me encantaría repetir, pero procuré esconder mi interés con diplomacia mientras me volteaba a ver al otro sacerdote.

"¿Y bien? ¿Cuanto ha sido?" Pregunté luego de depositar un beso sobre la piel del antebrazo de mi conejillo de indias. Era su premio.

Sintio el filo de aquel objeto cortar su piel, sin atreverse a voltear, sabia que la herida sin duda estaba sangrando en especial por el hecho de haberse alimentado antes del encuentro. No habia nada que temer, pensaba el chico para sus adentros. La razon principal por la que se negaba a observar era porque nunca habia sido muy afecto a ver sangre, a pesar de ser ese su unica manera de alimetnarse ahora.

Segundos despues sintio como el dolor poco a poco disminuia, senial obvia que la herida se estaba cerrando, habia sido mas rapido de lo que el mismo esperaba. Aunque, claro, desconocia mas de la mitad de las cosas que un vampiro normal sabria.

No fue hasta estar seguro que el corte de habia cerrado que volteo a ver su brazo, cosa siguiente, sintio el beso del general, algo que obviamente no esperaba de el, pero que le hizo sonrojar levemente. Volteo luego a ver al Padre Gabriel, el tambien tenia curiosidad por saber mas de si mismo, mas de lo que era y una de esas cosas era el tiempo que tardaban sus heridas en curarse.

No habia sido mas de un minuto, el espaniol estaba sorprendido, sabia que los vampiros se regeneraban rapido pero nunca habia comprobado que tan rapido, la unica explicacion probable para que aquello ocurriese a esa velocidad era porque el chico habia bebido sangre antes de la junta. Otra pregunta surgio entonces, de quien era la sangre que habia bebido ? Acaso del general ? Lo dudaba enormemente, considerando el caracter y forma de ser de su superior. Miro al chico y luego al italiano.

-"Ha sido menos de un minuto, mas rapido de lo que pense que seria..."- Comento.

-"Una pregunta y es necesario respodnerla para poder sacar las conclusiones adecuadas a lo que investigare..."- Miro al chico a los ojos. -"Has tomado sangre antes de venir ? "- Pregunto gentilmente.

Tomo algunas de sus notas para revisarlas y cambiarlas o hacer apuntes de ser necesario, dependia de la respuesta del muchacho, claro que su otra sospecha era que la habilidad de regenerarse igual dependia del vampiro. Era mucho lo que habi que tomar en cuenta, pero tener un conejillo de indias era un paso mas al descubrimiento.

Oh, aquel sacerdote si que sabía lo que hacía y eso lejos estaba de inquietarme, por el contrario, me producía una satisfacción tal que podía llegar a ser considerada pecaminosa.

¿Y?

Solo me excitaba más.

"Sí, bebió antes de venir aquí. Más que nada a modo de precausión hacia tu persona, mi querido Gabriel." Respondí la pregunta por él, y es que no era momento para Gautlier de abrir su boca pues no sabía si sabría medirse en cuanto a la información.

"Soy yo quién le alimenta, pero no es de mi sangre de la que bebe. Creo que no es importante saber su procedencia, o si?" Sonreí, sí, sonreí a pesar de que no era ninguna costumbre.

Le acaricie la cabeza a Gautlier. "El tampoco sabe de quién bebe, pero bueno, dejemoslo en que son reservas de la institución para los procedimientos médicos."

¿Verdad o Mentira?

Se mantuvo callado, solo sus ojos se movian, del general al sacerdote espaniol y viceversa. Nunca se habia preguntado de quien venia la sangre que tomaba, quizas de algun prisionero o simplemente reservas medicas, tal como habia dicho el general. Le preocupaba la idea de que fuese de alguien mas, alguien cautivo , privado de su libertad; cerro los ojos fuertemente y los volvio a abrir para alejar aquellos pensamientos, suponer cosas sin hecho era innecesario.

Levanto la mirada de nuevo, Giovanni sonreia, algo no tan comun en el, al parecer las ideas y palabras del Padre Gabriel le agradaban en gran medida. Por desgracia duda que eso trajese cosas buenas para el, ademas de quizas ocasional contacto de parte del general como aquella caricia en su cabeza. Le hacia sentir mucho mas tranquilo y le daba seguridad, ya no le obedecia solo por sumission o respeto, sino por cierto aprecio que habia llegado a tenerle, no le importaba que clase de investigaciones eran las que haria Gabriel con el, siempre y cuando su superior lo aprobase el loharia de igual modo.

El espanio le miro dudoso en si creer esto ultimo o no, pero era obvio que mantener aun vampiro en el edificio como mascota, conejito de indias o lo que fuera, no podia ser del agrado de todos. Por tanto mantener secretos estaba bien, en especial si era para el bien comun. Tuvo el presentimiento que Giovanni estaba considerablemente satisfecho con lo llevado a cabo esa noche, y que contaria con su aprobacion de tener que realizar mas practicas similares.

-"En todo caso, dudo que saber de donde se alimenta sea mas importante que la investigacion en si"- Afirmo. -"Ha sido una noche provechosa sin duda, considerare lo hecho hoy para proximas investigaciones y asi poder tener resultados en cuanto sea posible"-

"Lo dejo en tus manos entonces." Le respondí y recorrí la sala en busca de hojas en blanco, algúnn papel donde pudiera anotar. Lo encontré y poco tarde en escribir en él el numero de habitación de gautlier. Lo doble y selo pasé al sacerdote.

"Puedes disponer de él a partir de mañana, luego de una hora despúes de que caiga la noche, no antes o podrías sufrir las consecuencias." Solté una risilla maliciosa. "Aunque Gautlier es un buen chico, un muy buen chico." Cerré los ojos y me alisté las ropas.

"Creo que es hora de regresar, aún quedan cosas por hacer. Nos vemos pronto." Me despedí de Gabriel con un gesto suave y una mirada que quizás solo él podría comprender.

"Recuerda que tu toque de queda es una hora antes del amanecer Gautlier." Le recordé al vampiro y es que no jugaría a ser su niñero, el podía volver a su habitación por su cuenta (de cualquier forma, si no lo hacía, recibiría un castigo, él lo sabía).

"Buenas noches." Sin decir más me retiré del lugar.

-"O-oui!"- Afirmo. Sabia bien cual era su hora de regreso y siempre procuraba volver antes, solo por si acaso. Lo ultimo que buscaba era molestar a su superior y ganarse un castigo.

Miro luego al Padre Gabriel y de nuevo al italiano, corriendo tras el, como un cachorrito que no quiere ser dejado atras por su duenio. No habia lugar donde quisiese ir esa noche y si podia ayudar al general de algun modo antes que este se retirase a dormir, lo haria. Ademas no queria ser sujeto a mas experimentos que se le pudiesen ocurrir al espaniol.

-"Pasare a buscarte maniana en la noche, Gautlier, preparaos, por favor"- Dijo con una sonrisa gentil en el rostro. Sonrisa que ocultaba sus verdaderas intenciones y ganas de descubrir mas y seguir con las pruebas.

Recogio sus notas, a pesar de no haberse hecho mucho esa noche habia aprendido algo. Anoto un ultimo detalle antes de levantarse de su asiento y caminar hacia la puerta, despues de todo, con el general dejando el lugar duda poder quedarse por mas tiempo, ademas preferia estar en la privacidad de su habitacion cuando de eso se trataba. Recordo por un momento como anios atras su padre habia trabajado en algo similar, en ese entonces a Gabriel le habia parecido inhumano, pero al final, ahi estaba, dispuesto a jugar" con ese joven vampiro con tal de satisfacer su curiosidad y servir a sus superiores.

-"Supongo que corre en nuestros genes"- Susurro para si mismo con una sonrisa en los labios.