Mostrando el camino [Orfeo]

Despues de un rato de caminar por fin llegaron a la entrada del bosque, estaba oscuro, solo la luna, aun no en su forma completa, iluminaba su camino. Los arboles, todos altos y frondosos, con troncos tan gruesos y firmes que los mantenian erguidos aun con cualquier tormenta. Habia hojas en el suelo de tierra, regadas por todos lados, al caminar sobre ellas se escuchaba el crujido de algunas. Gautlier seguia agarrado firmemente de la mano de su companiero, sabia que era riesgosa su prescencia alli, pero solo le escoltaria hasta un punto seguro y se retiraria cuanto antes a la cuidad.
-"E-este el bosque, monsieur Orfeo"-

Se detuvo entonces tras escuchar aquella pregunta, residia en el mismo lugar que los cazadores de Cross Fire, compartia habitacion con al capitan general, con quienes se encargaban de buscar y cazar tanto a licantropos como vampiros, sin discriminacion alguna entre ambas razas. No consideraba algo que fuese bueno decir, pero no le agradaba mentir de ninguna manera. Vio a Orfeo a los ojos un momento, no lo habia notado antes, pero la luna que adornaba el cielo nocturno los iluminaba de una manera bastante elegante, brillaban casi tan cristalinamente como el agua. Le gustaba aquella vista, hubiera sonreido a no ser por la respuesta que estaba apunto de dar.

-"E-en la cuidad, monsieur, en el c-centro, d-donde los cuarteles de Cross Fire, monsieur Orfeo"- Debia aclarar, sabia que el otro era nuevo en la cuidad y queria hacerle saber que aquel no era el mejor lugar para ir a dar una vuelta, menos si quien lo hacia no era humano. -"E-es peligroso que vaya alla....N-no lo haga, por favor... "-

Recien lo habia conocido, pero no queria que nada le pasara, aunque estaba consciente de la fuerza superior que el ojiazul poseia, no seria nada contra mas de un soldado de Cross Fire.

-"S-si alguna regresa a la cuidad, ha-hagamelo saber, si?"- La unica manera de asegurarse que el otro no se fuese a meter donde no era llamado era esa, al menos los que patrullaban por las noches le conocian lo suficiente, quizas recibiria un castigo por ser visto con Orfeo, pero no le harian nada al licantropo.

Al principio habia escuchado atentamente todas las preguntas del otro, pensando en la mejor manera de explicarse, pero luego, viendo como Orfeo se acerco a el y lamio su mejilla tan repentinamente se quedo quieto, como una estatua de aquella que adornaban la plaza de San Pietro que tantas veces habia recorrido. Sentia el calido aliento del lobo frente a el, era extranio, no tomo accion alguna, solo sintio su rostro un tanto mas tibio, sabiendo que sus mejillas estaban sonrojadas. Su reaccion era mas visible ahora que habia bebido sangre, su piel debia estar un poco mas calida, pero no tanto como la del otro. Le gustaba eso, el calor que otros no pertenecientes a su raza poseian y que escasamente experimentaba en los cuarteles de Cross Fire. No podia despegar la mirada de los cristalinos ojos azules de quien estaba a centimetros de distancia de el.

-"Uh.....d-de-descuide....."- Logro decir finalmente, estaba nervioso, pero no como cuando se asutaba, quizas eso era algo bueno, penso por un momento. No queria bajar la mirada, asi que se concentro nuevamente en responder, en tratar de formar palabras que fuesen entendibles a los oidos del lobo.

-"P-puedo v-venir a visitarle....o vernos e-en la cuidad, m-monsieur"- Esa noche, aunque extrania estaba resultando agradable y el chico frances no queria que esa fuese la ultima vez que se vieran. Claro que tenia en mente que con la situacion actual, algo mas podia ocurrir, estaban en el bosque y habiendo llegado a ese punto, dejo de preocuparse, podia hacerlo aunque fuera unos momentos mas.

No queria marcharse, al menos no aun, todo habia salido tan bien que no queria que terminase con un simple adios. Claro, que lo volveria a ver, de eso no habia duda, aun si eso significaba tener que volver al bosque, no habia problema. Ya habia perdido algo del miedo que tenia a ese lugar por el simple hecho de que Orfeo se encontrase ahi.

-"A-aun no es hora que regrese, m-monsieur"- Dijo recuperando la calma y logrando por fin decir una oracion sin tartamudear tanto como momentos antes. -"N-no quiero irme aun, monsieur"- Confeso finalmente.

El otro habia dicho que le gustaban sus ojos, el chico frances sentia lo mismo, no solo su mirada, sino su forma de ser, era un sujeto agradable, mucho mas de lo que habia imaginado en un principio. Luego, y sin pensarlo dos veces, abrazo al lobo, un abrazo dulce y sincero, como aquel de un ninio pequenio, con una sonrisa igual dibujada en su rostro.

-"Me alegra saber que podre verle de nuevo..."- Comento sin deshacer el abrazo.

Sintio aquellos fuertes brazos rodearle, fue entonces cuando acurruco su cabeza en el pecho del otro, pues por la diferencia de estatura era hasta donde el joven vampiro alcanzaba. Seguia sonriendo, por un momento se sintio protegido como no lo habia sentido anios, desde que vio su hogar en Paris volverse cenizas. Bajo la mirada, no queria recordar cosas tan tristes en ese momento, no queria preocupar a Orfeo o moelstarlo con cosas que se supone habian quedado en el pasado.

-"T-tambien es la primera vez que....que me abraza un l-lobo..."- Admitio. No le gustaba usar palabras como lobo o licantropo al hablar, no le parecia algo correcto, pues las diferencias entre razas, aunque notorias eran pocas y podian ser pasadas por alto.

-"U-usted tambien es diferente a o-otros que he conocido, monsieur......u-usted es amable y... no me detesta por ser vampiro"- Esto ultimo fue dicho con un ligero tono de tristeza en su voz. Desde que fue convertido en un inmortal desprecio era una de las muchas cosas que la gente sentia por el, principalmente porque se negaba a dejar de lado el unico lugar que habia conocido como hogar. Esas miradas indiferentes y crueles le seguian a todos lados, sin importar cuanto se esforzace por hacer lo que le mandaban. Por eso, cuando tenia la oportunidad de conocer a otros como el, tal como lo era Lesther o personas que disfrutasen de su compania, como Drachen, lo que mas queria era verles de nuevo. Con Orfeo pasaba algo similar, la unica diferencia era aquella extrania atraccion que habi sentido hacia el, misma que le habia hecho acercarse a el en el restaurante y le habia llevado hasta el bosque donde se encontraban ahora.

Familia, una palabra bella con un significado igual, la habia escuchado muchas veces, pero no recordaba un momento en que hubiera podido vivirla como los demas, pues pocos eran sus recuerdos de sus primeros seis anios de vida previos al accidente y quien le habia adoptado llamandole su hijo no habia sido la persona mas cariniosa como el ninio imaginaba que debia ser un padre. Ahora, con todo eso por detras, habia quedado solo. Sabia, ademas, que el tambien era considerablemente joven a comparacion de otros y poco conocia de los de su especie por haber vivido resguardado de todo tras los muros del Vaticano hasta hace poco.
Escucho las advertencias con atencion, sabia lo que sucedia a un licantropo durante la luna llena y estaba seguro que no pondria pie en el bosque durante ese tiempo. Valoraba su vida, o "no vida", lo suficiente como para tomar esa precaucion.

-"No lo hare, monsieur, pero...p-para mi usted no es una bestia....a-aun cuando la luna llena a-adorna el cielo"- Orfeo le habia hecho saber, que a pesar de haber bebido su sangre mostrandole un lado de si que le chico desconocia casi por completo, no le detestaba. Gautlier tambien sentia lo mismo, estaba conciente que durante esa noche en especifico el otro se regia por puro instinto, pero de una u otra manera, seguia siendo el mismo que habia ocnocido esa noche, por tal, no habia razon de llamarle bestia.

No le gustaba mucho la manera en que el otro hablaba, parecia que se estuviese despidiendo prematuramente cuando el muchacho aun se negaba en marcharse, por otro lado, estaba consciente que deberia retirarse antes del amanecer.

-"E-espero que asi sea, monsieur....que...encuentre alguien como usted"- Se alegraba por el otro, pero le incomodaba pensar que de conocer a alguien de su misma raza se olvidaria de el, no queria que eso pasara, de ninguna manera. Queria que lo sucedido esa noche quedara grabado en la mente del lobo, asi como habia quedado en la suya.
Se sintio algo preocupado por tales pensamientos, al menos hasta que sintio las manos de Orfeo en su rostro, esos ojos azules que tanto le gustaban le veian fijamente, el chico frances hizo lo mismo, sin poder evitar sonrojarse por la corta distancia a que se encontraban. De nuevo sus ojos grises estaban fijos en los de su acompaniante, esperando el siguiente movimiento del otro, decidiendo al final, tras borrar toda cosa que le impidiera lo que estaba por hacer de su mente, se decidio a acortar un poco mas la distancia entre ambos, acercando su rostro un poco mas al del lobo.

Cerro los ojos apenas sus labios se rozaron, le gusto el sentir al otro tan cerca y mas aun de esa manera. Todo pensamiento, todo factor externo se borro de su mente, tan solo para disfrutar aquel momento un poco mas, aquel instante que le hacia sentir esa atraccion, ese carinio que no habia sentido antes por alguien. Si no supiera que el amanecer llegaria tarde o temprano, hubiera preferido quedarse de ese modo y congelar el tiempo. Sospecho que el otro sentia lo mismo, esperando que tal suposicion fuese correcta, cuando se separaron, no lo penso mas de unos segundos y le beso de nuevo, esta vez en la mejilla, dedicandole despues una dulce y encantadora sonrisa como habia venido haciendo esa noche, sonrisa que aparecia naturalmente por el simple hecho de estar con Orfeo.

-"Je vous aime, monsieur..."- Le era dificil poner en palabras lo que queria decirle al otro despues de lo que habia pasado, asi que opto por hablar en su lengua madre, quizas no le entenderia, pero asi era mejor, mucho mejor. Si tenia que dar explicaciones del significado de su frase lo haria, pero mientras tanto habia sido la manera mas apropiada de expresarse.

Sus palabras mitigaron todo temor que quedaba en el chico frances, ese miedo de que al conocer a otros de su especie se olvidase de el, pero sabia que lo dicho por el otro era cierto y podia confiar en que no se borraria de su mente. En cuanto a el, no existiria cosa que le hiciera olvidar esa noche, ese beso bajo la luz de la bella luna en el cielo, menos aun sus tibias manos acariciando su rostro. Una sola noche, un simple saludo, habian hecho tanto por el.

-"Y-yo tampoco,monsieur...."- Quizas el otro ya sabia lo que el castanio sentia, pero nunca estaba de mas recalcarlo, porque como creaturas con sentmientos que eran ambos, las dudas surgian en cualquier momento.

No queria despedirse, era la ironia de no querer dejar el bosque al que tanto miedo habia tenido de ir en primer lugar, todo porque aquella persona ahora tan especial para el, se encontraba alli. Le abrazo de nuevo, podia sentir el amanecer ya mucho mas proximo y con el, su despedida momentanea. -"No quiero irme...monsieurOrfeo"- Murmuro, sabiendo que el otro podria escucharle sin problemas. -"No quiero irme...."- repitio.

De serle posible se quedaria hasta el amanecer, el unico problema era tener que regresar a la hora que le habia indicado el general que debia estar en su habitacion. Tambien estaba la luz del Sol, pero encontrar un lugar donde resguardarse de ella era sencillo en aquel bosque. Deseo por un momento no haber acabado bajo el servicio de Giovanni en Cross Fire, de ese modo seria libre de permanecer al lado de Orfeo lo que el desease. De todos modos, sabia que no podia cambiar lo que ya era, menos huir del italiano, asi que se resigno sabiendo que un proximo encuentro con el lobo ocurriria pronto.

-"E-el problema es, monsieur.....que.... monsieur Giovanni me castigara s-si no regreso a la hora a-adecuada, ademas el S-sol.... "- Trato de explicarse, habia mil y un razones por las que debia marcharse, pero solo una, mas poderosa que las anteriores que le hacia querer quedarse.
-"P-pero....esperare con ansias volverle a ver, monsieur Orfeo..."- No solo ansias, emocion, carinio, aquello que se sentia cuando el encuentro con alguien especial era inminete y cercano, pero la espera era necesaria.
Se separo, deshaciendo el abrazo y le beso de nuevo en la mejilla con la misma dulzura que la primera vez, luego, aun manteniendo la corta distancia entre ambos, fijo su mirada a esos bellos ojos azules que tanto le fascinaban.

Sintio el beso, que solo le hizo sonreir mas ampliamente. Aquella velada aunque no planeada habia sido encantadora; ahora mas que nunca se aseguraria de volver a ver al lobo, aun si eso significaba tener que regresar al bosque por su cuenta arriesgandoce a encontrarse con cualquier otro licantropo que no fuese Orfeo, valia la pena. Beber era una excusa perfecta para buscarlo, pero no la razon por la cual lo haria. Retrocedio unos pasos, dispuesto a marcharse de una vez antes del amanecer para no ser castigado a su regreso.

-"Merci beacoup pour tout, monsieur Orfeo"- Dijo mientras se alejaba un poco mas, luego se dio la media vuelta y camino unos metros, solo para voltear a ver al ojiazul de nuevo.
-"V-volvere pronto, lo prometo, monsieur!"- Aquellas palabras eran mas reafirmandoce a si mismo el hecho que para el otro, de igual manera, sentia la necesidad de decirlas en voz alta antes de marcharse.
Se dio la media vuelta y apresuro el paso con una sonrisa aun dibujada en el rostro, ese encuentro seria muy dificil de olvidar y estaba seguro que igual serian los que estaban por venir.